En la dirigencia opositora el velo ha caído

En la dirigencia opositora el velo ha caído
*Por @Mukasweb

@Mukasweb |.- Es preciso hablar con sinceridad, porque se trata de la suerte de la patria, y Venezuela no es el patrimonio exclusivo de grupos privilegiados de politiqueros, empresariales y neoburgueses, sino el legado santo de nuestros libertadores para constituir el gran hogar de un pueblo digno y libre, legado que por otra parte estamos obligados a transmitir, noblemente engrandecido, a las generaciones del futuro, para corresponder así al sacrificio de los fundadores de la nacionalidad.

Con los últimos hechos violentos de calle aupados y organizados desde la derecha sumisa y arrastrada al imperio yankee, la dirigencia opositora empieza sin el menor recato a despojarse de las máscaras hipócritas con que logró engañar a muchos venezolanos honrados, que engrosaron sus cuadros llenos de esperanza y buena fe. Dentro de esa oposición hoy se impone un “ala luminosa”, las marionetas imperiales, que han hecho del fascismo y servilismo su modo de vida, su política. La prensa privada aliada a la derecha más oscura, comienza a dar tribuna al “ala luminosa” de ese cogollo, esa misma prensa que antes, aquel abril de 2002, menospreció al pueblo mismo solo por haber decidido acompañar y seguir el camino de Hugo Chávez. Muchos dentro de esa oposición se niegan a seguir en su condición de hombres de carga de los señoritos oportunistas y de los políticos profesionales, proyecta, a espaldas del mismo, valiéndose del mísero halago del cocktail, y del almuerzo suculento que nos recuerda a la Roma podrida de los césares, consumar la maniobra de acordarse en el reparto de unas cuantas monedas, en este caso, dólares, que agentes externos y aves de la rapiña imperial lanzan a sus pies, y algunas otras veces acordarse en la designación de candidatos, que habrán de postular en la oportunidad de cualquier elección, como para no perder espacio alguno para desangrar la patria, o mejor dicho, de imponer sus cuotas de poder compuesta de hombres vencidos e incondicionales, salvo raras excepciones.

Esta llamada “ala luminosa” de la dirigencia opositora, que hoy ordena a otros como borregos lanzarse a las calles con un claro y único propósito, que no es otro que atentar contra la Constitución Nacional y la voluntad del pueblo soberano, oscura intención que ahora maquillan con unos reclamos, exigencias de derechos y reivindicaciones, esa dirigencia tiene muy mala memoria, ya que por gestos más o menos análogos, esta oposición ha logrado apartar de su seno a muchos que dentro de ella misma se han atrevido a disentir, reflexionar o pedir en muchas ocasiones un mínimo grado de moral y verdad, lográndose imponer solo aquellos que no gozan precisamente de moral ni verdad. Por esto, no llegamos a comprender cuál es la decantada disciplina de esa componenda de “políticos”, pero sí la existencia de clases privilegiadas, que dentro de sus cuadros directrices imponen arbitrariamente su capricho, por obra y gracia de su voluntad omnímoda. ¿Existe pues, orientación despótica en esta oposición? La repuesta afirmativa que se impone hasta la evidencia de los hechos cumplidos, constituye la más alevosa bofetada a la parte del pueblo venezolano que los acompañó, que ha sido una vez más engañado y traicionado, tal cual lo hacían en la época de oro de la llamada “Cuarta República”. Afortunadamente para nosotros, ello equivale a confirmar que la flamante dirigencia opositora no es más que la secta totalitaria, corrupta y antidemocrática, como muy bien de ella nos alertó por siempre el Comandante Chávez.

Este sector de la oposición, esta “ala luminosa”, no solo tienen fuertes vínculos dependientes con EEUU, también los tiene y en igual fuerza con el narcotráfico y paramilitarismo colombiano.

Queda descubierta una gran triste verdad: Esta dirigencia oposicionista no es ni siquiera un grupo de fanáticos, porque el fanatismo involucra una dosis de buena fé, sino una nueva mentira que forjó el oportunismo venezolano y que ahora se reúnen con la excusa de hacerle la contra parte “democrática” al chavismo; o, mejor dicho, esta dirigencia oposicionista es una camarilla indeseable, que pretende destruir nuestros valores humanos, la dignidad de la patria, y sobre todo, el último brote de fé de un pueblo históricamente explotado, que vió renacer su esperanza con la llegada del sentir bolivariano, revolucionario y socialista comandado por Hugo Chávez. Ya Venezuela lo sabe: La dirigencia opositora no es más que el burdo camuflaje de una casta profundamente corrupta, viciosa, antipatriota y antidemocrática que pretende imponerse sobre las mayorías, con fondo dictatorial pero con algunos mediáticos barnices “democráticos”, como para guardar las apariencias, y lo hacen a través de sus herramientas publicitarias, esa antiética convertida en la “prensa” nacional e internacional que siempre los ha acompañado en sus aventuras golpistas.

No queda otro camino a los hombres de pueblo honrados que sumaron el entusiasmo de sus nombres durante lo que creyeron la iniciación del movimiento opositor, a la gente honrada que creyó en ellos atraídos por el señuelo de un “programa político” que creían de un deslumbrante ropaje promisor, que abandonar espantados sus filas, al constatar la ausencia efectiva del sentido moral de la Patria, porque a la sombra del oposicionismo hecho cúpulas sólo prospera el engaño y las ansias materialistas del poder para el lucro, ese poder que tuvieron en sus manos por décadas, y del cual se lucraron. Por esas ansias de poder son capaces de arrojar la patria a las fauces de las hienas imperiales, sin importar que luego vivan de las migajas sobrantes. Sobre ello, bastante nos han ilustrado los cables filtrados Wikileaks que hacen mención a la promesa de Leopoldo López al Departamento de Estado de EEUU, de entregar PDVSA a cambio de que lo ayuden a llegar al poder.

Esta clase de dirigencia política ha sido un cáncer para Venezuela, un karma arrastrado por siglos, han existido desde los inicios de la República, son los mismos que traicionaron a Bolívar, son ese oscuro legado. Pero sus nombres, los de esta clase antipatriota, opositora y arrastrada a los pies del invasor, se los lleva el viento, se vuelven polvo cósmico, el futuro y la verdad se encarga de borrarlos de los libros de la historia. Solo los hombres fieles a la honradez, justicia, verdad, al pueblo y la patria, solo ellos son recordados a través de los siglos. Por eso y más hoy Bolívar Vive! Chávez Vive!

En estas horas de patriotismo, afortunadamente para Venezuela, surge de nuevo la fe en su destino inmortal, sintetizado en la gran mayoría de voluntades que rodearon al Comandante Chávez, como un hombre símbolo que dio prueba de su austeridad, de su desprendimiento, y de su lealtad a las glorias perennes de nuestros libertadores. Mismas voluntades que ahora rodean al Presidente Nicolás Maduro para continuar trazando el camino a la Patria de grandeza, luz, vida y gloria.

Esto último explica por sí solo, que hombres de esa envergadura moral encuentren como adversarios al oposicionismo impenitente y al antipatriotismo traidor, representado el primero en un Capriles Radonski, y el último en la hipócrita figuras de un Leopoldo López, María Corina Machado o Antonio Ledezma, conocido verdugo del pueblo venezolano; estos hoy devotos de un Credo que no pueden sentir, porque la nobleza humana de los principios morales y verdaderamente democráticos están en una abierta contradicción de bárbaros de procónsul romanos, serviles a sus amos Césares.


@MukasWeb





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