¿Podemos negarnos a esto? Lo siento, pero yo no…

¿Podemos negarnos a esto? Lo siento, pero yo no…



Muchos han criticado la toma forzosa de hoteles por parte del gobierno nacional para alojar damnificados victimas de las torrenciales lluvias que han caído en el país los ultimo días, y como todos saben, el gran porcentaje de estos damnificados en su mayoría son niños, mujeres y ancianos, quienes son los más vulnerables a este tipo de tragedias.

Tal vez, la toma forzosa de estos hoteles no sea la solución más adecuada a ello, pero dado la magnitud de la tragedia, y el carácter de emergencia, estando ya copados a su máxima capacidad todos los albergues y refugios, no había por el momento otra alternativa a destinar los hoteles para tal fin, como muchas veces se ha hecho a la largo del mundo entero ante situaciones de emergencia como la sucedida en estos días en nuestro país.

Hoy, estuve viendo unas fotografías de unos niños, que evidentemente, provienen de familias de muy bajos recursos económicos, y quizás, de la clase más humilde del país, estos niños hacían una cola para recibir su desayuno provisto en uno de los tantos hoteles donde albergan damnificados. ¿Qué culpa han tienen estos niños de las incapacidades de nuestros gobiernos, de gobiernos del pasado, y por supuesto, de este gobierno actual, de no haberles provistos de viviendas dignas en zonas de no riesgo? ¿Qué culpan tienen estos niños de que sus padres hayan sido arrojados a los centuriones de miseria que se fueron formando a lo largo de los últimos 60 años, incluyente estos últimos 11 años?.

Volviendo al tema que nos ocupa, la toma forzosa u obligada de los hoteles turísticos, entre los cuales se encuentran algunos de lujo, es algo que jamás debió ocurrir en un país con una renta petrolera como la nuestra, pero cuando reseño a que “no debió ocurrir jamás” no me refiero a la toma de dichos hoteles en el sentido meramente al debate del respeto a la propiedad privada, al momento como "toma forzada" ni el violar el derecho justo que tienen tanto dueños y empleados de dichos hoteles al trabajo, no, yo me estoy refiriendo a que situaciones como estas, jamás deben ocurrir en un país como VENEZUELA, la VENEUZUELA DEL PETROLEO, es decir, esta gente que hoy viven tristes momentos de haber perdido todo, su casa y enseres, quienes en su mayoría provienen de los grandes cerros y barriadas levantadas en zonas altamente de riesgo, jamás estos ciudadanos debieron vivir ni en esas zonas populares de riesgo, ni en viviendas que no eran más que ranchos sobre ranchos, ni mucho menos esta gente debió vivir en condiciones tan pobres como las existentes. Estoy hablando de que estas zonas y barrios de pobreza jamás debieron existir en un país como Venezuela, quizás, el de mayor riqueza de Latinoamérica, riqueza proveniente desde su naturaleza en absolutamente todos sus sentidos.

Ahora, no hay vuelta atrás, los barrios existen, su gente, nuestros hermanos, aquellos que fueron excluidos y echados a la pobreza por un sistema que gobernó el país durante largas décadas. La tragedia llegó, llegó nuevamente a un país completamente vulnerable a tragedias naturales, no preparado para enfrentar estas situaciones, un país en el cual sus gobiernos jamás se han ocupado de verdaderos planes preventivos y de logística ante situaciones originadas por la naturaleza maltrecha como la que hoy vivimos, peor aún, en un gobierno que ya había tropezado con una piedra similar hace unos pocos años atrás, la “tragedia de Vargas del 99”, y aún así, hoy, completamente desprevenido el gobierno, otra piedra tropezamos, pero no podemos quedarnos en el piso, debemos levantarnos y continuar el camino, y ante todo esto, el gobierno debe y esta en la obligación constitucional, moral y ética, de socorrer a los afectados, minimizar su sufrimiento, dar refugio temporal a quienes quedaron sin vivienda, luego, proveerlos de una vivienda digna en un lugar seguro.

Por allí salió un gobernador de oposición, que de manera egoísta, clasista e irresponsable reprocha la toma de los hoteles, pero no ofrece soluciones viables y alternas de emergencia para dar alberge a los damnificados, o quizás, quiere él, como acostumbraban los gobiernos del pasado que él ahora pretender representar, quienes se hacían la vista gorda en situaciones similares, dejando en la calle y sin ayuda alguna a miles de venezolanos que sufrían tragedias similares, y que luego, ante la incapacidad de dichos gobiernos de asignarles viviendas dignas, esta gente no tenia más opción que regresar a las zonas vulnerables y de miseria, para reconstruir sobre la tragedia generando bombas de tiempo que devenían en tragedias mayores. Es triste, aún cuando el gobernador Capriles Randoski venga de lo que llamamos “las nuevas generaciones” de políticos o “lideres”, quiera él, seguir el camino de quienes llevaron a este país a sumirlo y vivir en la pobreza y miseria a las mayorías, siempre colocandose de lado de los que tienen más.

¿Podemos negarnos a la toma de hoteles para dar albergue a los damnificados? Lo siento, pero yo no. Ahora, es necesario que estas personas estén el tiempo mínimo posible en dichos hoteles, y luego de que sean trasladados a viviendas asignadas, el gobierno deberá resarcir los daños y perdidas económicas en dichos hoteles, o que el gobierno vaya cancelando lo justo a los dueños y gerencias de los hoteles mientras estén ocupados por damnificados, pues los empleados y dueños de hoteles, también tienen y deben gozar de sus derechos constitucionales y de las leyes que les protegen, como el derecho al trabajo y al de vivir de él.

Otros, también sumidos en el egoísmo e irresponsabilidad dicen que estos damnificados solo son vividores de profesión, “pedigueñeros”, pero ¿Qué han “vivido” ellos, si siempre han vivido en la miseria absoluta? ¿Qué han pedido? ¿Y que les han dado?, si nunca tuvieron nada, nunca recibieron nada… Es irresponsable creer, que alguien que tenga como vivir cómodamente, o que tenga otras viviendas vaya a estar con su familia recorriendo refugios, albergues, y que en muchas ocasiones se convierten más que en una ayuda, en un calvario. En otras ocasiones recibiendo humillaciones, solo por no tener que comer ese día, por favor, ¡vaya! creer que gusten vivir así es una tremenda irresponsabilidad y ligereza.

Vean las fotos, son NIÑOS y ANCIANOS en su mayoría.


Por Dios, por suerte y por la presencia de Simón Bolívar en nuestras calles, hoy contamos con un gobierno justo, y que a pesar de sus fallas e ineficiencias, por lo menos se preocupa por su pueblo, intentando minimizar el sufrimiento del pueblo afectado, y esa, esa es la gran diferencia de los gobiernos del pasado con el gobierno actual. Hoy tenemos un PRESIDENTE, tenemos un COMANDANTE EN JEFE.

Ante la magnitud de la tragedia, la cantidad de hermanos y hermanas afectados, con refugios llenos a su capacidad máxima, sin haber tenido planes de contingencia y emergencia debidamente planificados, con un gobierno tan vulnerable a este tipo de tragedias, no queda otra opción que la toma de los hoteles para dar alberge, no podemos oponernos a eso, es lo mínimo que podríamos hacer para ayudar a nuestro pueblo.

¿Podemos negarnos a la toma de hoteles para dar albergue a los damnificados? Lo siento, pero yo no.


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