Patologías dermatológicas que mejoran gracias a una exposición solar responsable
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Patologías dermatológicas que mejoran gracias a una exposición solar responsable
Patologías dermatológicas que mejoran gracias a una exposición solar responsable
09.07.2021
La exposición al sol y los altos niveles de contaminación son uno de los principales causantes de los signos de envejecimiento prematuro de la piel, como arrugas, falta de firmeza de los tejidos cutáneos, trastornos vasculares y heterogeneidades de pigmentación. Sin embargo, algunas patologías dermatológicas, como la psoriasis o la dermatitis atópica, pueden beneficiarse de la exposición a radiaciones solares moderadas y responsables.
Los resultados se notarán siempre y cuando se tomen precauciones adecuadas para prevenir efectos negativos en la piel. Además de utilizar protector solar que cubra un amplio espectro (superior a 50) y filtre los rayos UVA y UVB, es importante exfoliar e hidratar la piel antes de la exposición.
“La exfoliación permite que la piel desprenda las impurezas y células muertas que se acumulan en la superficie cutánea. Lo recomendable es esperar unos días entre la exfoliación y la exposición al sol. Respecto a las cremas hidratantes, ayudan a limitar los estragos provocados por la radiación, como la sequedad. Este paso es fundamental para nutrir e incrementar la capacidad protectora de la epidermis, la dermis y el subcutis”, destaca la experta en cuidado dermatológico de SUPERGUAPAS, Danielle Herrera.
Patologías cutáneas beneficiadas por las radiaciones solares responsables
La psoriasis, una afección que se manifiesta con rojeces y descamación de la piel, afecta al menos a 100 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Los beneficios de la radiación ultravioleta sobre las lesiones psoriásicas están relacionados con la reducción de los queratinocitos y descamación de las placas de psoriasis que aparecen en los codos, las rodillas y el cuero cabelludo, y generalmente causan hinchazón y dolor.
La dermatitis atópica (DA) o eccema es un trastorno que provoca enrojecimiento del cutis y picazón. A nivel mundial, 230 millones de personas padecen esta enfermedad. En países como España, se estima que diez millones de personas son diagnosticadas con DA.
En este caso, la radiación solar actúa sobre la piel del paciente favoreciendo la síntesis de vitamina D. De acuerdo con la Academia Americana de Dermatología (AAD), la vitamina D previene el envejecimiento prematuro de la dermis, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de piel, como carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma, y tiene efectos positivos frente a patologías cutáneas como el acné, promoviendo la cicatrización de lesiones que también provocan picazón, inflamación y dolor.
La exposición a la radiación solar moderada y responsable también consigue un efecto antiinfeccioso gracias a que el sol aumenta los péptidos antimicrobianos de la dermis, por tanto, contribuye a disminuir las lesiones y síntomas de la enfermedad.
No obstante, los pacientes deben exponerse al sol de forma progresiva. Las horas de máxima radiación, entre las 12 y las 16 horas, incrementa el riesgo de sufrir una quemadura solar grave, que podría provocar cáncer de piel. Tampoco es recomendable pasar más de una o dos horas diarias bajo el sol, aunque lleve protector solar.
09.07.2021
Foto Pixabay Photo Service/jmexclusives
La exposición al sol y los altos niveles de contaminación son uno de los principales causantes de los signos de envejecimiento prematuro de la piel, como arrugas, falta de firmeza de los tejidos cutáneos, trastornos vasculares y heterogeneidades de pigmentación. Sin embargo, algunas patologías dermatológicas, como la psoriasis o la dermatitis atópica, pueden beneficiarse de la exposición a radiaciones solares moderadas y responsables.
Los resultados se notarán siempre y cuando se tomen precauciones adecuadas para prevenir efectos negativos en la piel. Además de utilizar protector solar que cubra un amplio espectro (superior a 50) y filtre los rayos UVA y UVB, es importante exfoliar e hidratar la piel antes de la exposición.
“La exfoliación permite que la piel desprenda las impurezas y células muertas que se acumulan en la superficie cutánea. Lo recomendable es esperar unos días entre la exfoliación y la exposición al sol. Respecto a las cremas hidratantes, ayudan a limitar los estragos provocados por la radiación, como la sequedad. Este paso es fundamental para nutrir e incrementar la capacidad protectora de la epidermis, la dermis y el subcutis”, destaca la experta en cuidado dermatológico de SUPERGUAPAS, Danielle Herrera.
Patologías cutáneas beneficiadas por las radiaciones solares responsables
La psoriasis, una afección que se manifiesta con rojeces y descamación de la piel, afecta al menos a 100 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Los beneficios de la radiación ultravioleta sobre las lesiones psoriásicas están relacionados con la reducción de los queratinocitos y descamación de las placas de psoriasis que aparecen en los codos, las rodillas y el cuero cabelludo, y generalmente causan hinchazón y dolor.
La dermatitis atópica (DA) o eccema es un trastorno que provoca enrojecimiento del cutis y picazón. A nivel mundial, 230 millones de personas padecen esta enfermedad. En países como España, se estima que diez millones de personas son diagnosticadas con DA.
En este caso, la radiación solar actúa sobre la piel del paciente favoreciendo la síntesis de vitamina D. De acuerdo con la Academia Americana de Dermatología (AAD), la vitamina D previene el envejecimiento prematuro de la dermis, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de piel, como carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma, y tiene efectos positivos frente a patologías cutáneas como el acné, promoviendo la cicatrización de lesiones que también provocan picazón, inflamación y dolor.
La exposición a la radiación solar moderada y responsable también consigue un efecto antiinfeccioso gracias a que el sol aumenta los péptidos antimicrobianos de la dermis, por tanto, contribuye a disminuir las lesiones y síntomas de la enfermedad.
No obstante, los pacientes deben exponerse al sol de forma progresiva. Las horas de máxima radiación, entre las 12 y las 16 horas, incrementa el riesgo de sufrir una quemadura solar grave, que podría provocar cáncer de piel. Tampoco es recomendable pasar más de una o dos horas diarias bajo el sol, aunque lleve protector solar.
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