Con gigantesca concentración mayor a la de oposición, el pueblo acompañó a Chavez al CNE

Con gigantesca concentración mayor a la de oposición, el pueblo acompañó a Chavez al CNE



Un grito patrio apabullaba el cemento de la Plaza Caracas, en el corazón de la capital venezolana: ¡Agárrame José, que siento que me voy a caer si lo veo! Decía emocionada Tamara Almeida; 15 minutos más tarde su bandera flameaba cerca de la sonrisa de Hugo Chávez, quien se dirigía victorioso al Consejo Nacional Electoral para presentar, formalmente, su candidatura con miras a la reelección presidencial el próximo 7-O.

A su paso, el río humano se transformó en ola espontánea, las banderas se batían al compás del viento, el 'guaganco' se retuvo en una foto fija, enfocada en los miles de brazos que se extendían hasta la chaqueta tricolor que cubría al hombre que saludaba, bailaba y sonreía para ellos.

"Siento una emoción que no te puedo describir, es algo que se mueve adentro, cada vez que vemos a nuestro líder, porque es él que está con nosotros y con Venezuela", decía la misma mujer que minutos antes auguraba caerse ante la emoción. "Es que nosotros amamos a Chávez", exclamaba mientras abrazaba a José, su esposo.


Esferas amarillas, azules y rojas volaban sobre el cielo y parecían empujadas por decenas de palomas que seguían el recorrido, mientras que abajo las manos de los asistentes sujetaban rosas rojas sobre sus banderas. "Estas rosas son para nuestro Presidente, el único que queremos para Venezuela y hoy se las regalamos como ofrenda de amor", expresaba Esperanza Torres, mientras izaba el tricolor con la vista hacia el cielo.

Pero, la fiesta se inició desde temprano. Jeny Yánez llegó a las 11:00 de la mañana desde la parroquia La Pastora, de Caracas, en compañía de estudiantes de la Misión José Félix Ribas para agradecer "a Chávez por darnos la oportunidad de estudiar, porque antes no podíamos (...) por eso estamos aquí y nos quedaremos hasta que él venga, para escucharlo y seguir aprendiendo de él. Chávez es nuestro principal maestro", manifestaba Yánez, a la 1:30 de la tarde.

A esa hora, las congas del Combo Bolivariano de la Salsa hacían girar las caderas de hombres y mujeres, quienes fueron creando con sus cuerpos y sus voces un corazón de coraje, alegría y pasión patria al ritmo del las canciones del percusionista Ray Barretto.

En la fiesta patria, el sol también contribuyó y envió destellos fogosos que provocaban sudor en más de uno, pero al mismo tiempo encendió los pasos sincronizados en otros, quienes sin preocupación zapateaban en la esquina de la plaza O'Leary con la tonada "Soy cimarrón, por mi patria yo soy cimarrón".

Marcadas las 3:00 de la tarde en el reloj, el corazón se alertaba, como si la sangre bombeara con más fuerza. La gente se movilizaba hasta el cinturón central de la Plaza Caracas, porque presentía que el motor del corazón se acercaba: "Si mi comandante dijo que llegaba a las 4:00, él va a llegar a esa hora", anunciaba Leída Ortiz, habitante de la populosa Dolorita de Petare.

Los niños participaban con banderas pintadas en sus mejillas, con globos atados en sus manos, con pitos en sus bocas y con sus preguntas ocurrentes: "Papi, ¿cómo hago pa' que Chávez me abrace?", sorprendía el pequeño Jesús Urbáez a su padre, Yony Ramírez, quien respondía con un gesto tímido, de coloración similar a su su franela.

"No queremos un majunche en nuestro país, necesitamos a nuestro Presidente. Venimos con alegría, amor, fuerza y voluntad (...) Nosotros no necesitamos regresar atrás, queremos seguir adelante y eso sólo es posible en revolución", pronunciaba Ramírez mientras su hijo insistía con su deseo.

16 minutos pasadas las 4:00 de la tarde la gente se ordenaba, algunos decían: "¡Prevenidos!, que pronto llega nuestro Comandante" y otros estiraban sus pancartas en señal de apoyo: "Eres el candidato de la patria, de la vida y el amor", rezaba una de éstas, realizada artesanalmente por familias del refugio Argelia Laya, provenientes de la capital del estado Aragua.


Minutos más tarde, el corazón palpitó tan fuerte que la música quedó convertida en marea patria, desbordada por cada esquina, muro y cemento de la Plaza Caracas, con el busto del Libertador como testigo simbólico de la llegada de Hugo Chávez al casco central de la capital, vestido del tricolor nacional, acompañado por sus hijas y por un pueblo unido en un solo corazón.

"Vamos a acompañarlo porque es nuestro máximo líder y aquí estamos para fortalecer este proceso revolucionario, para que las personas contrarias entiendan que no hay otro camino, que con Chávez todo y sin él nada", pronunciaba María Urbano, del municipio Zamora del estado Miranda.

Sobre el cemento, cientos de pétalos rojos; sobre el cielo, globos multicolores servían de eco ante las palpitaciones terrestres; ahora los zapatos emprendían camino hasta la Plaza Diego Ibarra, desde donde el candidato de la patria emitiría su mensaje.

Y así fue, una hora más tarde, luego de formalizar su candidatura, Chávez iniciaba sus palabras con un claro mensaje: "El verdadero patriota debe sentir la patria en su corazón" y, de este modo, los latidos comenzaban nuevamente su fogoso ritmo, en víspera permanente hasta el 7-O.



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Fuente: AVN