El Nuevo Herald: La campaña de Henrique Capriles sigue rezagada
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El Nuevo Herald: La campaña de Henrique Capriles sigue rezagada
El Nuevo Herald: La campaña de Henrique Capriles sigue rezagada
Pese a su contundente victoria en las primarias, la campaña presidencial del opositor venezolano Henrique Capriles parece estar atascada en la más difícil tarea de derrotar al gobernante Hugo Chávez, con las encuestas mostrando que se encuentra en franca desventaja y la aparición de dudas sobre si realmente está en condiciones de cerrar la brecha.
Analistas consultados dijeron que no todos los pistones de la máquina electoral del candidato único de la oposición parecen estar funcionando, advirtiendo que el joven gobernador del estado Miranda aún no logra cimentar su posición como una alternativa real al enfermo mandatario venezolano.
Esas aseveraciones, sin embargo, son refutadas por el diputado Armando Briquet, jefe de campaña de Capriles, quien aseguró que el candidato apenas se encuentra en las primeras etapas de una bien definida estrategia que lo catapultará hacia la victoria en las elecciones del 7 de octubre.
Por el momento, la mayoría de las encuestas señalan que es mucha la brecha que ha de cerrar para que eso suceda.
A pesar de que las los sondeos de opinión muestran una desconcertante disparidad en sus resultados, los estudios muestran que Capriles se encuentra por debajo de Chávez en las preferencias de los electores por una diferencia de entre 11 y 20 puntos porcentuales.
“Pero es una diferencia que aún es recuperable”, consideró José Gil Yepes, presidente de la encuestadora Datanalisis, cuyos estudios coloca la brecha en 13 puntos.
Según los números de la encuestadora, una de las de mayor renombre en el país, la intención de voto en la contienda se distribuye en un 44 por ciento a favor de Chávez y un 31 por ciento por Capriles, al tiempo que un 25 por ciento de los encuestados no responde o no sabe quién es su favorito.
Ese número de indecisos significa que la contienda está muy lejos de definirse.
Es más, Briquet cree que esos números significan que Capriles tiene grandes probabilidades de ganar.
“Todo aquel que oculta su votación, mayoritariamente, es un elector nuestro. No es un elector del gobierno”, comentó el diputado en una entrevista telefónica.
“Después de 13 años de un gobierno que ha perseguido a quienes se atreven a no pensar igual, toda persona que está con el gobierno lo dice, tienen todos los incentivos para hacerlo, y muchos de quienes no lo están tienen muchas razones para ocultarlo”, agregó.
De hecho, los números que maneja la campaña de Capriles arrojan una brecha muy inferior a la divulgada por Datanalisis precisamente por esa razón.
Sus encuestas presentan ante los indecisos una serie de preguntas adicionales que permiten revelar que un significativo números de ellos en realidad se inclinan a favor de Capriles, explicó Briquet.
Analistas consultados, sin embargo, dijeron no estar tan convencidos de que Capriles tiene embolsillados los votos del codiciado sector independiente, señalando que el candidato único de la oposición aún no ha logrado posicionarse como una alternativa viable en los ojos de muchos indecisos.
Para el analista político Orlando Viera-Blanco, la constante insistencia esgrimida por Capriles sobre la necesidad de mantener los programas sociales emprendidos bajo el gobierno de Chávez, conocidos en Venezuela como misiones, hacen muy poco para establecer ese trabajo de diferenciación.
“Es cabalgar sobre una misma oferta política cuyo promotor y principal generador fue presidente Chávez. En política, el establecimiento del contraste es una regla básica. Y ser elocuente en proteger unas políticas públicas [del adversario] no necesariamente trae una potenciación de tu oferta política”, comentó Viera-Blanco.
“Mal podría migrar de preferencia un sector popular que ha sido beneficiado por las misiones si el adversario político que intenta ahora promoverlas es quien pretende hacerse de esa oferta política. En todo caso, yo prefiero quedarme con el creador realmente la película y no con el que trata de hacer una adaptación del mismo guión”, añadió.
Por otro lado, los analistas consultados advirtieron que Capriles no está ocupando su puesto como máximo exponente de la oposición venezolana.
El candidato actualmente se encuentra recorriendo el país, casa por casa, pero los analistas señalan que se le nota más bien solo en su recorrido, con una desconexión palpable entre las actividades de su campaña y las necesidades de los distintos sectores de la oposición de encontrar un líder que enarbole sus justos reclamos ante un régimen que se muestra implacable e injusto frente a los integrantes de la sociedad que le adversa.
“A los sindicalistas, alguien los tiene que acompañar. A los estudiantes y los profesores de las universidades que no tienen presupuesto, alguien lo tiene que acompañar, a los empresarios y a los dueños de las fincas expropiadas, alguien los tiene que acompañar. A los presos de La Planta, que se agarraron a tiros y mataron a una gente en la calle, con una bala perdida, alguien los tiene que acompañar. Y nadie los está acompañando”, comentó Gil de Datanalisis.
“Entonces, [la de Capriles] es una campaña, muy bien concebida, pero incompleta”, sostuvo.
Viera-Blanco dijo que Capriles parece estar demasiado enfrascado en la ejecución de su estrategia electoral y que en el proceso no ha llegado a ejecutar un verdadero liderazgo, que en muchas ocasiones significa tomar posiciones políticamente inconvenientes para defender lo que es correcto y velar por los intereses de la sociedad.
Sobre la salud del presidente Chávez, quien insiste en asegurar a que se recupera satisfactoriamente del cáncer que padece, pese a que otras versiones aseguran que su enfermedad es terminal, Capriles no debería guardar silencio.
Según el analista, Chávez necesita tener un gesto de magnanimidad y declarar de una vez por todas cuál es su verdadera capacidad de seguir gobernando y cuál es la sucesión que él está planteando en el seno de su preferencia política.
“Lo contrario está creando una profunda incertidumbre que podría llevarnos a una ola de confusiones, de conflicto y de violencia. Ahí a Capriles, como primer representante de la disidencia y de la oposición venezolana, le corresponde hacer un alto en la campaña electoral, parar un poco el tema estrictamente estratégico, y exigirle al presidente Chávez que le hable claro al país”, dijo Viera-Blanco.
“Pero esto no lo hace Capriles porque han cabalgado sobre la idea de no hay que meterse con el tema de la enfermedad porque eso de pronto podría repercutir electoralmente”, agregó el analista en referencia a la tesis de que el sentimiento de lástima favorece la imagen del mandatario.
Según los analistas, el mismo grado de contundencia sería necesario por parte de Capriles con relación a una larga lista de temas, incluyendo las recientes declaraciones del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, quien acusó a altos funcionarios del gobierno de controlar el negocio del narcotráfico en Venezuela.
El argumento de Viera-Blanco y de Gil, compartido por algunos dirigentes de la oposición, es que Capriles se muestra demasiado blando frente a Chávez, siguiendo con demasiado apego, su política de no confrontación con el gobierno.
Incluso algunos de los dirigentes de la oposición desean ver a Capriles asumir una posición más confrontacional frente a Chávez.
No obstante, Briquet dijo que eso sería solo seguirle el juego al gobierno.
“No es el camino correcto. La politización absurda del gobierno, marcada por el insulto personal y directo que tiene el mismo gobierno, no le va traer ningún beneficio a la solución de los problemas de los venezolanos. Sólo daría una pelea bonita y estéril. Nosotros no vamos a caer en ese juego”, advirtió Briquet.
“No tiene ningún tipo de sentido entrar en el debate ideológico con el actual gobierno. No estamos en un debate personal con el gobierno, estamos en un debate frontal y radical contra los problemas que viven los venezolanos”, señaló.
Briquet dijo que esa postura personal de no confrontación no tiene nada que ver con la valentía personal del candidato, quien en su momento decidió quedarse en el país y ser enjuiciado e ir a prisión en vez de huir del país.
Y Capriles también está demostrando que puede y sabe como derrotar al chavismo: dejando en evidencia que detrás de la fachada del Socialismo del Siglo XXI sólo hay un desierto de miseria, polarización de clases sociales y promesas incumplidas, dijo su jefe de campaña.
Pero resaltar los fracasos del gobierno podría no ser suficiente para desmontar la alta popularidad que tiene Chávez, advirtió Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces.
“El país cambió, para bien o para mal, pero el país cambió. Durante toda esta década, el gobierno presidente Chávez ha utilizado un extraordinario aparato de propaganda para cambiar la identidad del venezolano, y lo está logrando. Temas como la inclusión, la lucha de clases, la empresa privada, la propia privada, la soberanía, la independencia, han sido redefinidos, han obtenido nuevos significados en la psiquis colectiva. La oposición sigue sin entender eso. Sigue pensando en un país que ya no existe”, comentó el encuestador.
“Chávez no es un presidente, es un redentor. No es un candidato, es un predicador. Por eso, las denuncias, los problemas, más la falta soluciones, el descontento, no lo afectan dramáticamente. Hay descontento. Entre seis y siete venezolanos de cada 10, se quejan de problemas como la inseguridad, el alto costo, el desabastecimiento. Y aún así, el presidente tiene una valoración positiva de gestión que llega al 66 por ciento. ¿Cómo explicas eso? Lo que pasa es que Chávez es un líder religioso. Y el líder religioso nunca tiene la culpa”, explicó.
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Fuente: El Nuevo Herald Miami
21 Mayo 2012 |
Pese a su contundente victoria en las primarias, la campaña presidencial del opositor venezolano Henrique Capriles parece estar atascada en la más difícil tarea de derrotar al gobernante Hugo Chávez, con las encuestas mostrando que se encuentra en franca desventaja y la aparición de dudas sobre si realmente está en condiciones de cerrar la brecha.
Analistas consultados dijeron que no todos los pistones de la máquina electoral del candidato único de la oposición parecen estar funcionando, advirtiendo que el joven gobernador del estado Miranda aún no logra cimentar su posición como una alternativa real al enfermo mandatario venezolano.
Esas aseveraciones, sin embargo, son refutadas por el diputado Armando Briquet, jefe de campaña de Capriles, quien aseguró que el candidato apenas se encuentra en las primeras etapas de una bien definida estrategia que lo catapultará hacia la victoria en las elecciones del 7 de octubre.
Por el momento, la mayoría de las encuestas señalan que es mucha la brecha que ha de cerrar para que eso suceda.
A pesar de que las los sondeos de opinión muestran una desconcertante disparidad en sus resultados, los estudios muestran que Capriles se encuentra por debajo de Chávez en las preferencias de los electores por una diferencia de entre 11 y 20 puntos porcentuales.
“Pero es una diferencia que aún es recuperable”, consideró José Gil Yepes, presidente de la encuestadora Datanalisis, cuyos estudios coloca la brecha en 13 puntos.
Según los números de la encuestadora, una de las de mayor renombre en el país, la intención de voto en la contienda se distribuye en un 44 por ciento a favor de Chávez y un 31 por ciento por Capriles, al tiempo que un 25 por ciento de los encuestados no responde o no sabe quién es su favorito.
Ese número de indecisos significa que la contienda está muy lejos de definirse.
Es más, Briquet cree que esos números significan que Capriles tiene grandes probabilidades de ganar.
“Todo aquel que oculta su votación, mayoritariamente, es un elector nuestro. No es un elector del gobierno”, comentó el diputado en una entrevista telefónica.
“Después de 13 años de un gobierno que ha perseguido a quienes se atreven a no pensar igual, toda persona que está con el gobierno lo dice, tienen todos los incentivos para hacerlo, y muchos de quienes no lo están tienen muchas razones para ocultarlo”, agregó.
De hecho, los números que maneja la campaña de Capriles arrojan una brecha muy inferior a la divulgada por Datanalisis precisamente por esa razón.
Sus encuestas presentan ante los indecisos una serie de preguntas adicionales que permiten revelar que un significativo números de ellos en realidad se inclinan a favor de Capriles, explicó Briquet.
Analistas consultados, sin embargo, dijeron no estar tan convencidos de que Capriles tiene embolsillados los votos del codiciado sector independiente, señalando que el candidato único de la oposición aún no ha logrado posicionarse como una alternativa viable en los ojos de muchos indecisos.
Para el analista político Orlando Viera-Blanco, la constante insistencia esgrimida por Capriles sobre la necesidad de mantener los programas sociales emprendidos bajo el gobierno de Chávez, conocidos en Venezuela como misiones, hacen muy poco para establecer ese trabajo de diferenciación.
“Es cabalgar sobre una misma oferta política cuyo promotor y principal generador fue presidente Chávez. En política, el establecimiento del contraste es una regla básica. Y ser elocuente en proteger unas políticas públicas [del adversario] no necesariamente trae una potenciación de tu oferta política”, comentó Viera-Blanco.
“Mal podría migrar de preferencia un sector popular que ha sido beneficiado por las misiones si el adversario político que intenta ahora promoverlas es quien pretende hacerse de esa oferta política. En todo caso, yo prefiero quedarme con el creador realmente la película y no con el que trata de hacer una adaptación del mismo guión”, añadió.
Por otro lado, los analistas consultados advirtieron que Capriles no está ocupando su puesto como máximo exponente de la oposición venezolana.
El candidato actualmente se encuentra recorriendo el país, casa por casa, pero los analistas señalan que se le nota más bien solo en su recorrido, con una desconexión palpable entre las actividades de su campaña y las necesidades de los distintos sectores de la oposición de encontrar un líder que enarbole sus justos reclamos ante un régimen que se muestra implacable e injusto frente a los integrantes de la sociedad que le adversa.
“A los sindicalistas, alguien los tiene que acompañar. A los estudiantes y los profesores de las universidades que no tienen presupuesto, alguien lo tiene que acompañar, a los empresarios y a los dueños de las fincas expropiadas, alguien los tiene que acompañar. A los presos de La Planta, que se agarraron a tiros y mataron a una gente en la calle, con una bala perdida, alguien los tiene que acompañar. Y nadie los está acompañando”, comentó Gil de Datanalisis.
“Entonces, [la de Capriles] es una campaña, muy bien concebida, pero incompleta”, sostuvo.
Viera-Blanco dijo que Capriles parece estar demasiado enfrascado en la ejecución de su estrategia electoral y que en el proceso no ha llegado a ejecutar un verdadero liderazgo, que en muchas ocasiones significa tomar posiciones políticamente inconvenientes para defender lo que es correcto y velar por los intereses de la sociedad.
Sobre la salud del presidente Chávez, quien insiste en asegurar a que se recupera satisfactoriamente del cáncer que padece, pese a que otras versiones aseguran que su enfermedad es terminal, Capriles no debería guardar silencio.
Según el analista, Chávez necesita tener un gesto de magnanimidad y declarar de una vez por todas cuál es su verdadera capacidad de seguir gobernando y cuál es la sucesión que él está planteando en el seno de su preferencia política.
“Lo contrario está creando una profunda incertidumbre que podría llevarnos a una ola de confusiones, de conflicto y de violencia. Ahí a Capriles, como primer representante de la disidencia y de la oposición venezolana, le corresponde hacer un alto en la campaña electoral, parar un poco el tema estrictamente estratégico, y exigirle al presidente Chávez que le hable claro al país”, dijo Viera-Blanco.
“Pero esto no lo hace Capriles porque han cabalgado sobre la idea de no hay que meterse con el tema de la enfermedad porque eso de pronto podría repercutir electoralmente”, agregó el analista en referencia a la tesis de que el sentimiento de lástima favorece la imagen del mandatario.
Según los analistas, el mismo grado de contundencia sería necesario por parte de Capriles con relación a una larga lista de temas, incluyendo las recientes declaraciones del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, quien acusó a altos funcionarios del gobierno de controlar el negocio del narcotráfico en Venezuela.
El argumento de Viera-Blanco y de Gil, compartido por algunos dirigentes de la oposición, es que Capriles se muestra demasiado blando frente a Chávez, siguiendo con demasiado apego, su política de no confrontación con el gobierno.
Incluso algunos de los dirigentes de la oposición desean ver a Capriles asumir una posición más confrontacional frente a Chávez.
No obstante, Briquet dijo que eso sería solo seguirle el juego al gobierno.
“No es el camino correcto. La politización absurda del gobierno, marcada por el insulto personal y directo que tiene el mismo gobierno, no le va traer ningún beneficio a la solución de los problemas de los venezolanos. Sólo daría una pelea bonita y estéril. Nosotros no vamos a caer en ese juego”, advirtió Briquet.
“No tiene ningún tipo de sentido entrar en el debate ideológico con el actual gobierno. No estamos en un debate personal con el gobierno, estamos en un debate frontal y radical contra los problemas que viven los venezolanos”, señaló.
Briquet dijo que esa postura personal de no confrontación no tiene nada que ver con la valentía personal del candidato, quien en su momento decidió quedarse en el país y ser enjuiciado e ir a prisión en vez de huir del país.
Y Capriles también está demostrando que puede y sabe como derrotar al chavismo: dejando en evidencia que detrás de la fachada del Socialismo del Siglo XXI sólo hay un desierto de miseria, polarización de clases sociales y promesas incumplidas, dijo su jefe de campaña.
Pero resaltar los fracasos del gobierno podría no ser suficiente para desmontar la alta popularidad que tiene Chávez, advirtió Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces.
“El país cambió, para bien o para mal, pero el país cambió. Durante toda esta década, el gobierno presidente Chávez ha utilizado un extraordinario aparato de propaganda para cambiar la identidad del venezolano, y lo está logrando. Temas como la inclusión, la lucha de clases, la empresa privada, la propia privada, la soberanía, la independencia, han sido redefinidos, han obtenido nuevos significados en la psiquis colectiva. La oposición sigue sin entender eso. Sigue pensando en un país que ya no existe”, comentó el encuestador.
“Chávez no es un presidente, es un redentor. No es un candidato, es un predicador. Por eso, las denuncias, los problemas, más la falta soluciones, el descontento, no lo afectan dramáticamente. Hay descontento. Entre seis y siete venezolanos de cada 10, se quejan de problemas como la inseguridad, el alto costo, el desabastecimiento. Y aún así, el presidente tiene una valoración positiva de gestión que llega al 66 por ciento. ¿Cómo explicas eso? Lo que pasa es que Chávez es un líder religioso. Y el líder religioso nunca tiene la culpa”, explicó.
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Fuente: El Nuevo Herald Miami
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