4F: 20 años de la insurrección bolivariana en Venezuela
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4F: 20 años de la insurrección bolivariana en Venezuela
4F: 20 años de la insurrección bolivariana en Venezuela
Fernando Acosta
Caos económico y disolución moral caracterizaban la situación de Venezuela durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez iniciado en febrero de 1989. Al comenzar el año 1992 la mayoría de los venezolanos acusaban al régimen de corrupto. El presidente viajaba a Davos, Suiza, para rendir informes a los oligarcas neoliberales quienes destacaban como logro gubernamental el crecimiento macroeconómico del país suramericano en 9.2 por ciento durante 1991. Los oligopolios avanzaban, mientras que 80 por ciento de la población, en la patria de Ezequiel Zamora, vivía en condiciones precarias.
Febrero se había convertido en un mes de lucha y protesta social. Los partidos y organizaciones de izquierda, entre ellos el Comunista (PCV) y los Movimientos Al Socialismo (MAS) y el de Izquierda Revolucionaria (MIR) recordaban la cruel represión y los asesinatos cometidos por el gobierno de Carlos Andrés Pérez durante el 27 de febrero de 1989, cuando multitudes enardecidas entraron a varios locales comerciales para tomar alimentos porque los ajustes neoliberales les decretaban la muerte por hambre. Aquella jornada violenta fue denominada por cronistas e historiadores como El Caracazo.
Casi dos años después, el martes 4 de febrero de 1992, un grupo de militares patriotas, inspirados en la vida y obra de Simón Bolívar, se levantaron contra el sistema corrupto y opresor que ahogaba a los venezolanos. Hugo Rafael Chávez Frías, teniente coronel y sus compañeros militares, integrantes del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 (MBR-200), protagonizaron una insurrección con el objetivo principal de llamar a una Asamblea Nacional Constituyente.
El levantamiento armado de los militares progresistas dejó en Venezuela hace 20 años: 19 muertos, 133 oficiales detenidos y acusados de rebelión y 967 soldados sancionados por adherirse a la insurrección bolivariana. Unas semanas antes de este acontecimiento la empresa encuestadora Mercanálisis preguntó a varios ciudadanos si estaban de acuerdo con un alzamiento armado contra la corrupción. 42 por ciento de los encuestados aprobaron un levantamiento contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Maracay, Maracaibo y Valencia fueron las tres ciudades donde el Movimiento Bolivariano Revolucionario obtuvo triunfos contundentes desde aquel 4 de febrero de 1992. La operación “Ezequiel Zamora” no triunfó en todo el territorio venezolano pero fue la semilla de una nueva revolución social en nuestra América. Hugo Chávez Frías fue a la cárcel y convirtió la prisión en una escuela de estudios culturales, económicos, militares y políticos para acelerar el cambio de régimen que su patria necesitaba y reclamaba urgentemente.
“La democracia venezolana no funciona satisfactoriamente; tiene fallas inmensas que no desea corregir y la más grande de esas fallas es la corrupción de una dimensión inmensa. Aquí se han hecho fortunas gigantescas a la sombra del gobierno y en conexión con él. Está ocurriendo una especie de control plutocrático de la vida venezolana, por medio del cual grandes organizaciones económicas, con apoyo gubernamental están constituyendo grandes oligopolios que representan un tremendo peligro”, expresó Arturo Uslar Pietri, destacado escritor, cuyo mensaje obtuvo eco en Colombia, Perú y México, donde se organizaron asociaciones solidarias con la lucha del pueblo venezolano.
Carlos Andrés Pérez fue separado de la presidencia el 21 de mayo de 1993. Acusado del desvío de fondos públicos para apoyar a la presidenta Violeta Barrios de Chamorro de Nicaragua, fue condenado a dos años de arresto domiciliario. El periodista José Vicente Rangel presentó pruebas contra el presidente, quien había utilizado 250 millones de bolívares, tomándolos “secretamente” de oficinas ministeriales, sin aclarar su uso.
La corrupción, el caos económico y la disolución moral se han convertido en males permanentes de nuestros países. El neoliberalismo y la globalización han significado miseria y muerte por hambre para las mayorías. Carlos Andrés Pérez en Venezuela; Carlos Salinas de Gortari, en México; Carlos Saúl Menem en Argentina; Alberto Fujimori, en Perú y Álvaro Uribe Vélez, en Colombia representan los modelos de estadistas serviles que el imperio estadunidense y la corona británica desean eternizar en el continente que Simón Bolívar y José Martí soñaron libre y unido en amistad, cooperación y solidaridad.
Veinte años después de la insurrección bolivariana en Venezuela, varios países hermanos decidieron cambiar el rumbo. Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay, tienen actualmente gobiernos progresistas que apuestan por el fortalecimiento de la soberanía en cada nación y apoyan proyectos integracionistas entre los cuales destacan: la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los dueños del periódico venezolano El Universal, de la empresa mexicana Televisa, y de otros medios destacados por calumniar a la revolución bolivariana, no lograron impedir durante dos décadas el avance del movimiento. El sueño integrador de Simón Bolívar y el ejemplo permanente de la Revolución Cubana, inspirada en José Martí, hicieron posible recientemente otros dos acontecimientos: la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Caracas, el pasado 2 de diciembre de 2011 y la visita a Venezuela de Luis Alberto Otárola Peñaranda, ministro de Defensa peruano, en representación de otro gobierno, el de Ollanta Humala Tasso, que guarda distancia del imperio, el jueves 26 de enero de este 2012, año bolivariano y de victorias.
Artículo publicado en La Jornada Jalisco
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Fuente: Diario Octubre
4 Febrero 2012 | Diario Octubre | Fernando Acosta
Fernando Acosta
Caos económico y disolución moral caracterizaban la situación de Venezuela durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez iniciado en febrero de 1989. Al comenzar el año 1992 la mayoría de los venezolanos acusaban al régimen de corrupto. El presidente viajaba a Davos, Suiza, para rendir informes a los oligarcas neoliberales quienes destacaban como logro gubernamental el crecimiento macroeconómico del país suramericano en 9.2 por ciento durante 1991. Los oligopolios avanzaban, mientras que 80 por ciento de la población, en la patria de Ezequiel Zamora, vivía en condiciones precarias.
Febrero se había convertido en un mes de lucha y protesta social. Los partidos y organizaciones de izquierda, entre ellos el Comunista (PCV) y los Movimientos Al Socialismo (MAS) y el de Izquierda Revolucionaria (MIR) recordaban la cruel represión y los asesinatos cometidos por el gobierno de Carlos Andrés Pérez durante el 27 de febrero de 1989, cuando multitudes enardecidas entraron a varios locales comerciales para tomar alimentos porque los ajustes neoliberales les decretaban la muerte por hambre. Aquella jornada violenta fue denominada por cronistas e historiadores como El Caracazo.
Casi dos años después, el martes 4 de febrero de 1992, un grupo de militares patriotas, inspirados en la vida y obra de Simón Bolívar, se levantaron contra el sistema corrupto y opresor que ahogaba a los venezolanos. Hugo Rafael Chávez Frías, teniente coronel y sus compañeros militares, integrantes del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 (MBR-200), protagonizaron una insurrección con el objetivo principal de llamar a una Asamblea Nacional Constituyente.
El levantamiento armado de los militares progresistas dejó en Venezuela hace 20 años: 19 muertos, 133 oficiales detenidos y acusados de rebelión y 967 soldados sancionados por adherirse a la insurrección bolivariana. Unas semanas antes de este acontecimiento la empresa encuestadora Mercanálisis preguntó a varios ciudadanos si estaban de acuerdo con un alzamiento armado contra la corrupción. 42 por ciento de los encuestados aprobaron un levantamiento contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Maracay, Maracaibo y Valencia fueron las tres ciudades donde el Movimiento Bolivariano Revolucionario obtuvo triunfos contundentes desde aquel 4 de febrero de 1992. La operación “Ezequiel Zamora” no triunfó en todo el territorio venezolano pero fue la semilla de una nueva revolución social en nuestra América. Hugo Chávez Frías fue a la cárcel y convirtió la prisión en una escuela de estudios culturales, económicos, militares y políticos para acelerar el cambio de régimen que su patria necesitaba y reclamaba urgentemente.
“La democracia venezolana no funciona satisfactoriamente; tiene fallas inmensas que no desea corregir y la más grande de esas fallas es la corrupción de una dimensión inmensa. Aquí se han hecho fortunas gigantescas a la sombra del gobierno y en conexión con él. Está ocurriendo una especie de control plutocrático de la vida venezolana, por medio del cual grandes organizaciones económicas, con apoyo gubernamental están constituyendo grandes oligopolios que representan un tremendo peligro”, expresó Arturo Uslar Pietri, destacado escritor, cuyo mensaje obtuvo eco en Colombia, Perú y México, donde se organizaron asociaciones solidarias con la lucha del pueblo venezolano.
Carlos Andrés Pérez fue separado de la presidencia el 21 de mayo de 1993. Acusado del desvío de fondos públicos para apoyar a la presidenta Violeta Barrios de Chamorro de Nicaragua, fue condenado a dos años de arresto domiciliario. El periodista José Vicente Rangel presentó pruebas contra el presidente, quien había utilizado 250 millones de bolívares, tomándolos “secretamente” de oficinas ministeriales, sin aclarar su uso.
La corrupción, el caos económico y la disolución moral se han convertido en males permanentes de nuestros países. El neoliberalismo y la globalización han significado miseria y muerte por hambre para las mayorías. Carlos Andrés Pérez en Venezuela; Carlos Salinas de Gortari, en México; Carlos Saúl Menem en Argentina; Alberto Fujimori, en Perú y Álvaro Uribe Vélez, en Colombia representan los modelos de estadistas serviles que el imperio estadunidense y la corona británica desean eternizar en el continente que Simón Bolívar y José Martí soñaron libre y unido en amistad, cooperación y solidaridad.
Veinte años después de la insurrección bolivariana en Venezuela, varios países hermanos decidieron cambiar el rumbo. Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay, tienen actualmente gobiernos progresistas que apuestan por el fortalecimiento de la soberanía en cada nación y apoyan proyectos integracionistas entre los cuales destacan: la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los dueños del periódico venezolano El Universal, de la empresa mexicana Televisa, y de otros medios destacados por calumniar a la revolución bolivariana, no lograron impedir durante dos décadas el avance del movimiento. El sueño integrador de Simón Bolívar y el ejemplo permanente de la Revolución Cubana, inspirada en José Martí, hicieron posible recientemente otros dos acontecimientos: la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Caracas, el pasado 2 de diciembre de 2011 y la visita a Venezuela de Luis Alberto Otárola Peñaranda, ministro de Defensa peruano, en representación de otro gobierno, el de Ollanta Humala Tasso, que guarda distancia del imperio, el jueves 26 de enero de este 2012, año bolivariano y de victorias.
Artículo publicado en La Jornada Jalisco
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Fuente: Diario Octubre
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