Messi rindió el partido a sus pies, Argentina goleó 5-0 a Panamá y pasó a cuartos de final
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Messi rindió el partido a sus pies, Argentina goleó 5-0 a Panamá y pasó a cuartos de final
Messi rindió el partido a sus pies, Argentina goleó 5-0 a Panamá y pasó a cuartos de final
Con goles de Otamendi, Agüero y el triplete de Messi, la selección del Tata Martino clasificó a los cuartos de final de la Copa.
La Capital |.- El partido tuvo ciertas equivalencias hasta que entró Lionel Messi. Todo lo que vino después fue obra pura y exclusiva de él. No se descubre nada cuando se afirma que con Leo, Argentina es otra cosa. Deja de ser un equipo normal, de algunos buenos momentos, para convertirse en una selección de una estatura futbolística que sólo la alcanza con el rosarino. Anoche les bastaron apenas más de 30 minutos para sacar de un lío a sus compañeros. Y lo hizo convirtiendo tres de la goleada 5 a 0 que le propinó Argentina a Panamá para sellar la clasificación a cuartos de final de la Copa América.
Apenas se lo vio entrar en calor, recién iniciado el segundo tiempo, todo el estadio explotó en ese grito ensordecedor que ya es una marca registrada. El "Messi, Messi, Messi" que bajó de las tribunas fue el mejor preámbulo para lo que iba a ocurrir. Minuto 60, Leo ingresó al campo de juego por Augusto Fernández y esa mole de cemento que es el Soldier Field de Chicago se rindió a sus pies. Si el estadio fue construido en honor a los soldados estadounidenses caídos en la primera guerra mundial, anoche se refundó cuando el rosarino acarició la pelota para meter el segundo. O cuando la colgó en el ángulo con un tiro libre y en la apilada del final para meter el cuarto, reseña el diario 'La Capital'.
Cuando Messi está adentro ya nada es lo mismo. El equipo tiene otra electricidad cuando está él ayudando desde el lugar en el que quiere hacerlo. Y eso que anoche estuvo con el freno de mano puesto, pero convirtió tres de los cinco de argentina. Se notó que se cuidó para no entrar en roces con los rústicos jugadores panameños, caminó la cancha y sólo aceleró de a ratos. Una vez fue cuando recibió ese regalito del defensor panameño, previo desvío en la cara de Higuaín, para anotar el gol en su debut en la Copa América 2016.
Se ubicó entre el círculo central y el área 18, y por momentos fue un espectador de lujo. Siguió con la vista cómo sus compañeros movían la pelota sin demasiado sentido colectivo. Y a los 77' quedó tendido por una falta que le cometió Gabriel Gómez. Asustó a todos, pero en realidad hizo gozar a todos porque de esa infracción sacó un tiro libre delicioso que se clavó en el ángulo izquierdo del arquero centroamericano Penedo.
Luego vino el cuarto con una típica corrida de él. Messi hizo en media hora lo que se esperaba que el equipo hiciera en el primer tiempo. Entró y puso las cosas en su debido lugar. Les dio una mano a sus compañeros para establecer las reales diferencias que existen entre ambas selecciones. Se encargó de lo suyo con una capacidad goleadora voraz. La que tiene acostumbrado a todo el mundo. Y eso que venía sin ritmo futbolístico porque no había jugado en el debut contra Chile y anoche apenas entró media hora.
En el final otra vez fue víctima del fanatismo de sus hinchas cuando dos jóvenes, uno con la camiseta 10 de Barcelona y otro con pechera naranja flúo, burlaron la seguridad del estadio y lo buscaron para abrazarlo o quedarse con el trofeo de la camiseta. Pero él mismo les pidió a los agentes de seguridad que no lo maltrataran y los ayudó a levantarse. Tal como había hecho con el equipo de Martino unos minutos antes para firmar con su botín zurdo la goleada argentina.
Fuente: La Capital
| De Diario La Capital
Foto ©Prensa CONMEBOl
Con goles de Otamendi, Agüero y el triplete de Messi, la selección del Tata Martino clasificó a los cuartos de final de la Copa.
La Capital |.- El partido tuvo ciertas equivalencias hasta que entró Lionel Messi. Todo lo que vino después fue obra pura y exclusiva de él. No se descubre nada cuando se afirma que con Leo, Argentina es otra cosa. Deja de ser un equipo normal, de algunos buenos momentos, para convertirse en una selección de una estatura futbolística que sólo la alcanza con el rosarino. Anoche les bastaron apenas más de 30 minutos para sacar de un lío a sus compañeros. Y lo hizo convirtiendo tres de la goleada 5 a 0 que le propinó Argentina a Panamá para sellar la clasificación a cuartos de final de la Copa América.
Apenas se lo vio entrar en calor, recién iniciado el segundo tiempo, todo el estadio explotó en ese grito ensordecedor que ya es una marca registrada. El "Messi, Messi, Messi" que bajó de las tribunas fue el mejor preámbulo para lo que iba a ocurrir. Minuto 60, Leo ingresó al campo de juego por Augusto Fernández y esa mole de cemento que es el Soldier Field de Chicago se rindió a sus pies. Si el estadio fue construido en honor a los soldados estadounidenses caídos en la primera guerra mundial, anoche se refundó cuando el rosarino acarició la pelota para meter el segundo. O cuando la colgó en el ángulo con un tiro libre y en la apilada del final para meter el cuarto, reseña el diario 'La Capital'.
Cuando Messi está adentro ya nada es lo mismo. El equipo tiene otra electricidad cuando está él ayudando desde el lugar en el que quiere hacerlo. Y eso que anoche estuvo con el freno de mano puesto, pero convirtió tres de los cinco de argentina. Se notó que se cuidó para no entrar en roces con los rústicos jugadores panameños, caminó la cancha y sólo aceleró de a ratos. Una vez fue cuando recibió ese regalito del defensor panameño, previo desvío en la cara de Higuaín, para anotar el gol en su debut en la Copa América 2016.
Se ubicó entre el círculo central y el área 18, y por momentos fue un espectador de lujo. Siguió con la vista cómo sus compañeros movían la pelota sin demasiado sentido colectivo. Y a los 77' quedó tendido por una falta que le cometió Gabriel Gómez. Asustó a todos, pero en realidad hizo gozar a todos porque de esa infracción sacó un tiro libre delicioso que se clavó en el ángulo izquierdo del arquero centroamericano Penedo.
Luego vino el cuarto con una típica corrida de él. Messi hizo en media hora lo que se esperaba que el equipo hiciera en el primer tiempo. Entró y puso las cosas en su debido lugar. Les dio una mano a sus compañeros para establecer las reales diferencias que existen entre ambas selecciones. Se encargó de lo suyo con una capacidad goleadora voraz. La que tiene acostumbrado a todo el mundo. Y eso que venía sin ritmo futbolístico porque no había jugado en el debut contra Chile y anoche apenas entró media hora.
En el final otra vez fue víctima del fanatismo de sus hinchas cuando dos jóvenes, uno con la camiseta 10 de Barcelona y otro con pechera naranja flúo, burlaron la seguridad del estadio y lo buscaron para abrazarlo o quedarse con el trofeo de la camiseta. Pero él mismo les pidió a los agentes de seguridad que no lo maltrataran y los ayudó a levantarse. Tal como había hecho con el equipo de Martino unos minutos antes para firmar con su botín zurdo la goleada argentina.
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— Goal Americas (@Goalamericas) 11 de junio de 2016
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