Columna: “Realidad Estudiantil y la Universidad que Queremos”

La lucha estudiantil actual, esa que cuenta con la mayor conciencia moral y política para asumir diferentes roles en la construcción de la Venezuela sellada por los valores de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad y justicia, hoy no puede omitir el pasado de lucha y la represión hacia manifestaciones reivindicativas juveniles cuyos estudiantes fueron víctimas de masacres sobre todo en las décadas de los 80 y 90 donde la capucha era la única forma de garantizar la vida, eso si lograba sobrevivir a la protesta o el uso de los “perdigones” que no eran un elemento para disuadir o dispersar las manifestaciones sino que se usaban a quema ropa para herir a los estudiantes en su lucha para dignificar los servicios básicos estudiantiles universitarios tales como servicio de comedor, becas, rutas de transporte estudiantiles.

Recientemente movimientos vinculados con la Mesa de Unidad Democrática (MUD) han querido emprender una “lucha” solicitando un mayor presupuesto para las universidades ¿Un mayor presupuesto es lo que necesitan las universidades? o ¿Es necesaria una verdadera transformación universitaria? Propuesta que actualmente es abanderada por las juventudes socialistas del país.

Dicha transformación universitaria no se trata de lo que en el último gobierno del Puntofijismo el presidente Rafael Caldera pretendió aprobar el (PLES) Proyecto de Ley de Educación Superior, para consumar la privatización de la educación universitaria lo que generó masivas movilizaciones y discusiones de resistencia desde las universidades de todo el país.

Primeros pasos hacia la transformación.

Se trata de reivindicar lo consagrado en nuestra carta magna como la autonomía universitaria (artículo 109) y de la educación como un derecho humano universal, como deber social fundamental y como función indeclinable del Estado, además de su carácter público y gratuito hasta el pregrado (artículos 102 y 103) pero no sólo basta con eso en la última década los avances para el acceso a la educación son notorios.

“Las cifras hablan por sí solas”

En nuestra patria se han creado 23 instituciones universitarias como plataformas de inclusión y un reconocimiento de la UNESCO, colocándonos como el quinto país del mundo con mayor tasa bruta de matriculación universitaria y el segundo en América Latina.

En la actualidad hay 2254 estudiantes de pueblos indígenas en nuestras universidades, quienes nunca habrían tenido derecho a la educación de no ser por la Revolución Bolivariana que también está llegando a los privados de libertad.

Hoy, tenemos a 2800 personas que están cursando estudios en aldeas universitarias que funcionan dentro de los centros penitenciarios.

Una nueva ley de Universidades

Sería el marco que permitiría avanzar hacia la trasformación del modelo de educación universitario para ello necesitamos la renovación de la actual y anacrónica ley para crear una que:

a) Permita la construcción de un presupuesto universitario participativo y en función de la matrícula universitaria y de esta forma romper el actual modelo burocrático.


b) Seguir profundizando la territorialización del Sistema de Educación Universitario, que significa la municipalización y parroquialización de la universidad.

c) Consolidar la nombrada pertinencia social del conocimiento que no es más que la unión del estudio y el trabajo, entre la teoría y la práctica.

d) Garantizar un ingreso libre, irrestricto y calificado a las casas de estudios universitarias de mano, con la creación de mecanismos de ingreso no excluyentes.

Entonces, no se trata de simplemente un mayor presupuesto universitario para nuestras casas de estudio sino de la construcción del nuevo modelo de educación universitaria que trascienda a lo social, político, económico y que la educación impartida dentro de los espacios universitarios tenga una conexión con los profesionales que necesita el país y no a un modelo educativo pedagógico aislado profundamente a la realidad existente.

José Alejandro Piñero - @Josealejandropg - @PSUV23LUZ