ONG's al servicio de EEUU: instrumentos para la intervención moral contra pueblos soberanos
REDPRES.COM :: ❯ :: NACIONALES
Página 1 de 1.
ONG's al servicio de EEUU: instrumentos para la intervención moral contra pueblos soberanos
ONG's al servicio de EEUU: instrumentos para la intervención moral contra pueblos soberanos
Foto ©AVN
AVN |.- A escala mundial, un cuantioso número de las denominadas organizaciones no-gubernamentales (ONG), camufladas en la llamada 'sociedad civil', adoptan una visión reducida, sectaria, discriminatoria y conservadora de los Derechos Humanos. Concentradas únicamente en la denuncia, racional o no, han devenido en seudo partidos políticos, carentes de raigambre popular, pero financiadas desde el exterior, como parte de las estrategias y agendas de grupos políticos que buscan desestabilizar la dinámica democrática de los países soberanos, independientes y en contra de cualquier subordinación imperial o neocolonial.
En Venezuela también resulta cuesta arriba enlistar estas asociaciones, pues nacen, luego fenecen, mutan, o en última instancia, se aglutinan en nuevos bloques igualmente devenidos en denunciadores de oficio que han vaciado de su contenido protector de la dignidad humana a los Derechos Humanos y los han convertido en instrumentos para fines políticos.
Al respecto, Pablo Fernández, miembro de la Red Alternativa de Derechos Humanos en Venezuela (SurDH), constituida en el año 2014 por unos 40 expertos en la materia, explicó en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) que desde esa instancia se ha denunciado reiteradamente "el vaciado de contenido de los Derechos Humanos (de las ONG) para asumir ese significante y cargarlo de un significado que es totalmente contrario a los intereses de los pueblos. En ese sentido, nosotros hablamos de la instrumentalización de los Derechos Humanos como arma política. No es solo fenómeno en Venezuela sino a escala mundial".
Los filósofos Michael Hardt y Antonio Negri, en el libro Imperio (2000), refieren que algunas ONG impulsan lo que se ha denominado "intervención moral", que consiste en crear en el imaginario colectivo la idea de aquel Estado que viola férreamente los Derechos Humanos de sus ciudadanos y restringe la libertad de expresión.
Abonar el terreno en esas circunstancias permite el advenimiento de intervenciones militares; justificadas por países como Estados Unidos para desestabilizar a gobiernos progresistas, incómodos a sus políticas hegemónicas.
"Lo que llamamos intervención moral es practicado en la actualidad por una variedad de cuerpos, incluyendo los medios de noticias y las organizaciones religiosas, pero los más importantes pueden ser algunas de las denominadas organizaciones no-gubernamentales (ONG), las cuales, precisamente por no ser conducidas directamente por los gobiernos, son aceptadas como actuando sobre la base de imperativos éticos o morales", puntualizan ambos autores.
En la misma obra, Hardt y Negri agregan que la intervención se hace efectiva con la complicidad de las corporaciones mediáticas que permiten, junto con las denuncias de las ONG, "la producción simbólica del Enemigo". Así, la intervención moral "sirve a menudo como un primer acto que prepara el escenario para la intervención militar".
Pablo Fernández manifestó, en ese sentido, que estas ONG se enmascaran en la 'sociedad civil' para, desde esa trinchera, renunciar a la capacidad propositiva que deberían impulsar ante los Gobiernos y sumar esfuerzos para descalificar "cualquier trabajo articulado con las instancias del Estado. Se concentran en la denuncia, ya sea racional o no, con fundamento o no".
Además, usualmente, estas organizaciones denuncian una supuesta restricción de sus labores impuesta por los Gobiernos que pretenden desestabilizar.
"Como necesitan subsistir materialmente, cuentan con financistas internacionales y terminan generando un imaginario de persecución, de imposibilidad de hacer su labor para entonces, con esa imagen de victimización autogenerada, poder seguir percibiendo cuantiosos ingresos que provienen de fuentes internacionales, muchos de ellos de dudosa reputación y origen", añadió.
Mencionó que estas ONG se amparan discursivamente en la defensa de los Derechos Humanos; concepto que la derecha internacional ha manipulado por largo tiempo.
"Entonces, desde la izquierda, no solo en Venezuela, sino desde los movimientos progresistas en el mundo estamos trabajando para, precisamente, llenar los Derechos Humanos de contenido nuevamente, con una visión crítica, profunda, de cambios estructurales para el beneficio de los pueblos y no para su destrucción. Esa es la acera donde estamos los que estamos construyendo una opción socialista del mundo", dijo.
Quiebre ideológico
Fernández refirió que después de la llegada del comandante Hugo Chávez a la Presidencia de la República, en el año 1998, se logró un cambio significativo en materia de Derechos Humanos.
Relató que las organizaciones no-gubernamentales existentes en esos años fueron invitadas a participar del proceso constituyente y elaboraron una propuesta de contenido en materia de Derechos Humanos, muchas de las cuales fueron incorporadas en el texto de la Constitución de Venezuela.
"Después de eso, hubo ONG que lejos de asumirse desde un rol de organizaciones con vinculación y raigambre popular, con la mirada puesta en el avance de las conquistas sociales, fueron degenerando y van a convertirse en una especie de consultoras privadas o de organizaciones tipo bufetes privados que, aun cuando los servicios que puedan prestar fuesen gratuitos, en definitiva terminaron siendo bastante elitescos y también discriminatorios", indicó el activista de SurDH.
Después del proceso constituyente, Fernández resaltó que hubo un profundo quiebre ideológico que resquebrajó lo que en las décadas de los años 80 y 90 se conoció como el movimiento de Derechos Humanos.
"Ese quiebre es producto de la polarización política que hemos vivido en Venezuela, debido este proceso profundo de cambios de los últimos años que, sin lugar a dudas, nos coloca a los distintos actores en distintas aceras a la hora de hablar de Derechos Humanos. Hoy, nosotros, hablamos de democracia, cultura, Derechos Humanos como elementos concatenados", acotó Fernández.
El rol de las organizaciones no-gubernamentales se ha visto reducido a una reinterpretación acomodaticia de los Derechos Humanos que insisten en señalar que Venezuela "está en crisis", un argumento que le ha servido al gobierno de Estados Unidos para ejecutar acciones injerencistas contra el Gobierno venezolano.
La más reciente injerencia fue la mundialmente rechazada orden ejecutiva firmada por el presidente de ese país, Barack Obama, en la que se califica a la nación suramericana como una "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense".
Sobre el tema, Fernández comentó que "en Venezuela no hay una crisis de Derechos Humanos, sino una crisis política producto de una polarización y de que algunos actores, lejos de respetar el juego democrático para dirimir esas diferencias, han optado por buscar formulas no democráticas para lograr sus objetivos políticos. Parte de ese ejercicio macabro en el que incurren estos partidos políticos y estos actores de la mal llamada 'sociedad civil' es tratar de maquillar la crisis política con crisis de Derechos Humanos para poderla justificar y darle legitimidad a escala internacional".
Así las cosas, como parte de la instrumentalización de los Derechos Humanos en Venezuela con motivos políticos que ha hecho la Casa Blanca, se han tergiversado las acciones de violencia derechista desbordada que vivió el país entre los meses de febrero y junio de 2014, para derrocar el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro y se ha mostrado como víctimas a los autores intelectuales y materiales de estos sucesos, a quienes se les siguen acciones judiciales en estricto apego a las leyes nacionales.
En contraposición, estas mismas organizaciones defensoras de "derechos humanos" se muestran silentes ante hechos evidentes que representan violaciones extremas a los derechos fundamentales, así como de las soberanías de otros países, impulsadas por Estados Unidos.
"Cuando los Estados Unidos de Norteamérica, a través de su Gobierno, se autoproclama defensor y adalid de los Derechos Humanos en el mundo y, en aras de ese concepto, invade países, destruye instalaciones, ciudades, mata gente, justifica cárceles clandestinas, mantiene la base de Guantánamo, genera grupos terroristas para desestabilizar gobiernos como está ocurriendo en Siria, mantiene cárceles ocultas en Europa del Este, es decir, cuando ves esa oleada de acciones, que van a contrapelo del proceso de la dignidad humana y de los pueblos, todo en nombre de los Derechos Humanos ahí estamos frente a una de las hipocresías más grandes que tenemos en la historia de la humanidad", sentenció Fernández.
Fuente: AVN
|
Foto ©AVN
AVN |.- A escala mundial, un cuantioso número de las denominadas organizaciones no-gubernamentales (ONG), camufladas en la llamada 'sociedad civil', adoptan una visión reducida, sectaria, discriminatoria y conservadora de los Derechos Humanos. Concentradas únicamente en la denuncia, racional o no, han devenido en seudo partidos políticos, carentes de raigambre popular, pero financiadas desde el exterior, como parte de las estrategias y agendas de grupos políticos que buscan desestabilizar la dinámica democrática de los países soberanos, independientes y en contra de cualquier subordinación imperial o neocolonial.
En Venezuela también resulta cuesta arriba enlistar estas asociaciones, pues nacen, luego fenecen, mutan, o en última instancia, se aglutinan en nuevos bloques igualmente devenidos en denunciadores de oficio que han vaciado de su contenido protector de la dignidad humana a los Derechos Humanos y los han convertido en instrumentos para fines políticos.
Al respecto, Pablo Fernández, miembro de la Red Alternativa de Derechos Humanos en Venezuela (SurDH), constituida en el año 2014 por unos 40 expertos en la materia, explicó en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) que desde esa instancia se ha denunciado reiteradamente "el vaciado de contenido de los Derechos Humanos (de las ONG) para asumir ese significante y cargarlo de un significado que es totalmente contrario a los intereses de los pueblos. En ese sentido, nosotros hablamos de la instrumentalización de los Derechos Humanos como arma política. No es solo fenómeno en Venezuela sino a escala mundial".
Los filósofos Michael Hardt y Antonio Negri, en el libro Imperio (2000), refieren que algunas ONG impulsan lo que se ha denominado "intervención moral", que consiste en crear en el imaginario colectivo la idea de aquel Estado que viola férreamente los Derechos Humanos de sus ciudadanos y restringe la libertad de expresión.
Abonar el terreno en esas circunstancias permite el advenimiento de intervenciones militares; justificadas por países como Estados Unidos para desestabilizar a gobiernos progresistas, incómodos a sus políticas hegemónicas.
"Lo que llamamos intervención moral es practicado en la actualidad por una variedad de cuerpos, incluyendo los medios de noticias y las organizaciones religiosas, pero los más importantes pueden ser algunas de las denominadas organizaciones no-gubernamentales (ONG), las cuales, precisamente por no ser conducidas directamente por los gobiernos, son aceptadas como actuando sobre la base de imperativos éticos o morales", puntualizan ambos autores.
En la misma obra, Hardt y Negri agregan que la intervención se hace efectiva con la complicidad de las corporaciones mediáticas que permiten, junto con las denuncias de las ONG, "la producción simbólica del Enemigo". Así, la intervención moral "sirve a menudo como un primer acto que prepara el escenario para la intervención militar".
Pablo Fernández manifestó, en ese sentido, que estas ONG se enmascaran en la 'sociedad civil' para, desde esa trinchera, renunciar a la capacidad propositiva que deberían impulsar ante los Gobiernos y sumar esfuerzos para descalificar "cualquier trabajo articulado con las instancias del Estado. Se concentran en la denuncia, ya sea racional o no, con fundamento o no".
Además, usualmente, estas organizaciones denuncian una supuesta restricción de sus labores impuesta por los Gobiernos que pretenden desestabilizar.
"Como necesitan subsistir materialmente, cuentan con financistas internacionales y terminan generando un imaginario de persecución, de imposibilidad de hacer su labor para entonces, con esa imagen de victimización autogenerada, poder seguir percibiendo cuantiosos ingresos que provienen de fuentes internacionales, muchos de ellos de dudosa reputación y origen", añadió.
Mencionó que estas ONG se amparan discursivamente en la defensa de los Derechos Humanos; concepto que la derecha internacional ha manipulado por largo tiempo.
"Entonces, desde la izquierda, no solo en Venezuela, sino desde los movimientos progresistas en el mundo estamos trabajando para, precisamente, llenar los Derechos Humanos de contenido nuevamente, con una visión crítica, profunda, de cambios estructurales para el beneficio de los pueblos y no para su destrucción. Esa es la acera donde estamos los que estamos construyendo una opción socialista del mundo", dijo.
Quiebre ideológico
Fernández refirió que después de la llegada del comandante Hugo Chávez a la Presidencia de la República, en el año 1998, se logró un cambio significativo en materia de Derechos Humanos.
Relató que las organizaciones no-gubernamentales existentes en esos años fueron invitadas a participar del proceso constituyente y elaboraron una propuesta de contenido en materia de Derechos Humanos, muchas de las cuales fueron incorporadas en el texto de la Constitución de Venezuela.
"Después de eso, hubo ONG que lejos de asumirse desde un rol de organizaciones con vinculación y raigambre popular, con la mirada puesta en el avance de las conquistas sociales, fueron degenerando y van a convertirse en una especie de consultoras privadas o de organizaciones tipo bufetes privados que, aun cuando los servicios que puedan prestar fuesen gratuitos, en definitiva terminaron siendo bastante elitescos y también discriminatorios", indicó el activista de SurDH.
Después del proceso constituyente, Fernández resaltó que hubo un profundo quiebre ideológico que resquebrajó lo que en las décadas de los años 80 y 90 se conoció como el movimiento de Derechos Humanos.
"Ese quiebre es producto de la polarización política que hemos vivido en Venezuela, debido este proceso profundo de cambios de los últimos años que, sin lugar a dudas, nos coloca a los distintos actores en distintas aceras a la hora de hablar de Derechos Humanos. Hoy, nosotros, hablamos de democracia, cultura, Derechos Humanos como elementos concatenados", acotó Fernández.
El rol de las organizaciones no-gubernamentales se ha visto reducido a una reinterpretación acomodaticia de los Derechos Humanos que insisten en señalar que Venezuela "está en crisis", un argumento que le ha servido al gobierno de Estados Unidos para ejecutar acciones injerencistas contra el Gobierno venezolano.
La más reciente injerencia fue la mundialmente rechazada orden ejecutiva firmada por el presidente de ese país, Barack Obama, en la que se califica a la nación suramericana como una "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense".
Sobre el tema, Fernández comentó que "en Venezuela no hay una crisis de Derechos Humanos, sino una crisis política producto de una polarización y de que algunos actores, lejos de respetar el juego democrático para dirimir esas diferencias, han optado por buscar formulas no democráticas para lograr sus objetivos políticos. Parte de ese ejercicio macabro en el que incurren estos partidos políticos y estos actores de la mal llamada 'sociedad civil' es tratar de maquillar la crisis política con crisis de Derechos Humanos para poderla justificar y darle legitimidad a escala internacional".
Así las cosas, como parte de la instrumentalización de los Derechos Humanos en Venezuela con motivos políticos que ha hecho la Casa Blanca, se han tergiversado las acciones de violencia derechista desbordada que vivió el país entre los meses de febrero y junio de 2014, para derrocar el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro y se ha mostrado como víctimas a los autores intelectuales y materiales de estos sucesos, a quienes se les siguen acciones judiciales en estricto apego a las leyes nacionales.
En contraposición, estas mismas organizaciones defensoras de "derechos humanos" se muestran silentes ante hechos evidentes que representan violaciones extremas a los derechos fundamentales, así como de las soberanías de otros países, impulsadas por Estados Unidos.
"Cuando los Estados Unidos de Norteamérica, a través de su Gobierno, se autoproclama defensor y adalid de los Derechos Humanos en el mundo y, en aras de ese concepto, invade países, destruye instalaciones, ciudades, mata gente, justifica cárceles clandestinas, mantiene la base de Guantánamo, genera grupos terroristas para desestabilizar gobiernos como está ocurriendo en Siria, mantiene cárceles ocultas en Europa del Este, es decir, cuando ves esa oleada de acciones, que van a contrapelo del proceso de la dignidad humana y de los pueblos, todo en nombre de los Derechos Humanos ahí estamos frente a una de las hipocresías más grandes que tenemos en la historia de la humanidad", sentenció Fernández.
| Daniel Rojas/AVN.info.ve
Fuente: AVN
REDPRES.COM :: ❯ :: NACIONALES
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.