(Imágenes) Espectacular y hermosa cornada recibió el torero español Jiménez Fortes

(Imágenes) Espectacular y hermosa cornada recibió el torero español Jiménez Fortes

Redpres |.- El toro no decidió estar allí, el torero si. Una especular, limpia y hermosa cornada recibió el torero español Jiménez Fortes el pasado 14 de mayo durante una corrida en la plaza de Las Ventas de España.

El torero fue embestido por un buen toro, que lo levantó al aire y después, en el suelo, le atravesó la garganta con uno de sus puntiagudos cuernos. Con un morbo enfermizo, el público asistente al espectáculo ondeó felizmente sus pañuelos blancos pidiendo más sangre para luego ovacionar de pie al toro, para quien pedían le fuese otorgada "el rabo y la oreja" del torero moribundo.

"Oreja, oreja para ese buen toro, se lo merece", gritaba el morboso público. Aunque al final el animal no recibió premio alguno, pues mezquinamente los encargados de aquel sanguinario "deporte" decidieron que el toro no merecía ni rabo ni oreja, ya que su cornada no había matado en el acto al torero. Querían más.

Entre los asistentes se escuchaban gritos de "termina de matarlo", "métele el otro cuerno", y hasta lanzaban a la arena banderines y espadas para que el toro las utilizara contra el maltrecho torero, pero como sabemos, el toro no puede hacer uso de ellas más que de sus propios cuernos.

Para mala suerte del pobre toro y del público sediento de sangre, el torero salió vivo y fue trasladado a un hospital cercano en donde lo mantienen hospitalizado. Luego decidirán que hacer con Jiménez Fortes, si lo sacrifican o lo devuelven a un encierro donde seguramente recibirá malos y degradantes tratos a la espera de una nueva corrida, quizás con la suerte para los amantes de este "espectáculo" de que algún otro bravo toro termine por completar el trabajo en la arena, torturándole para finalmente clavar en su humanidad alguna filosa espada, perdón, puntiagudo cuerno.

Si Jiménez Fortes llegase á fallecer, su carne se desperdiciaría, como igual sucede con la carne de los toros que torturados y aterrados salen al ruedo para enfrentarse a la maldad humana en máxima expresión. Maldad a la que llaman "deporte y cultura". Como se conoce, la carne de los toros asesinados en las corridas no es acta para el consumo humano, ya que esta segrega toxinas producto del terror al que son sometidos los animales minutos antes de su cruel muerte. En pocas palabras, la carne producto de este "espectáculo" se desperdicia.

Ese toro debió llevarse los máximos premios, oreja y rabo! Eso si, de algo no pueden quejarse los asistentes a este espectáculo, querían sangre y sangre tuvieron. Aunque no tanta como deseaban.

El toro no decidió estar allí, el torero si.

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