Un nuevo modelo penitenciario se palpa en el Inof
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Un nuevo modelo penitenciario se palpa en el Inof
Un nuevo modelo penitenciario se palpa en el Inof
Foto ©AVN
AVN |.- "Cuando yo entré a este lugar no era nadie" rememora Yelennia Pérez, una de las 728 privadas de libertad del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), ubicado en Los Teques, estado Miranda, al centro norte del país.
Sosteniendo en su mano derecha una flauta transversa, con la que participa en la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, Pérez dice que su propósito está claro: "la misión es volver a la vida digna".
Desde julio se implementa en este centro de reclusión el nuevo modelo penitenciario, así como en 80% de las cárceles para adultos y en 100% de los centros de atención para adolescentes en todo el país.
El nuevo modelo, impulsado por el Gobierno Nacional, busca transformar la vida de los privados de libertad. Se trata de generar nuevas condiciones de vida, a través de la disciplina, el respeto, el estudio, la consecución de metas personales y la participación de la población penal en actividades socioproductivas, así como en manifestaciones culturales y deportivas.
Es así, como en este nuevo modelo penitenciario, en el Inof las privadas de libertad se levantan a las 5:30 de la mañana, se asean, se visten con su uniforme color rosa, desayunan y cumplen todas las mañanas con un orden cerrado (ordenamiento de los grupos de reclusos en formación).
Foto ©AVN
Tras cumplir esta rutina, las reclusas tienen una agenda llena de actividades por cumplir. Cuatro horas de trabajo la dedican a las labores que cumplen en los espacios dentro del penal dedicados a la textilería, panadería, peluquería y fabricación de jabones artesanales. Otras cuatro horas se van en actividades de recreación que abarca su participación en música y artesanía.
"A nosotros nos interesa generar las condiciones para poder intervenir y transformar la vida de ese ciudadano que está ahí en la prisión, que es lo que en definitiva le va a aportar un beneficio al pueblo venezolano", expresó la Ministra del Poder Popular para asuntos Penitenciarios, Iris Varela, en entrevista con la agencia AVN.
Foto ©AVN
Producir para transformar
Entre uno de los tantos espacios del Inof se aprecian diversas telas, máquinas de coser y varias mujeres que confeccionan franelas de distintos colores que serán usadas para uso interno del penal.
"Esto es un taller de armonía y producción. Me siento contenta porque a mis 70 años, estoy aquí haciendo monos, camisas para mis compañeras y sus familiares", dice Elvira Montezuma.
Mientras tanto, en la panadería, el sabroso olor a torta de pan revela las habilidades de unas 20 mujeres que además de pan, hornean postre para deleitar a las compañeras y dotar a locales aledaños.
Foto ©AVN
De entre los hornos, nos recibe Juana Bautista quien explica que el nuevo modelo penitenciario impulsa una visión de vida, basada en la esperanza, en cada una de las chicas que están allí.
"La mayoría somos ahora personas de buena conducta. No tenemos la misma mentalidad de antes. Yo, por ejemplo, creía que no se podía vivir si no se traficaba porque no había otra manera de ganar dinero, pero ahora que trabajo y he tenido una oportunidad, sí creo que hay otra vida. Yo trabajo aquí en la panadería y sé que ahora cuando salga, tendré un trabajo digno. Ahora tengo otras perspectivas de vida", comentó la señora Juana.
En el Inof se ofrece servicio de guardería a los hijos nacidos en prisión, quienes pueden permanecer en el lugar hasta los tres años de edad. Luego son trasferidos a algún familiar de la privada de libertad. "Mi hijo tendrá mejor educación, ahora que ve, de nosotras sus madres y nuestras compañeras buen trato, armonía, limpieza y compañerismo", dice Raizi Montezuma, mientras acaricia al bebé de tres meses de una de sus compañera de cuarto.
En el mismo lugar, Carmen Morales, a quien solo le falta meses para salir en libertad, manifiesta estar lista para luchar por el futuro de su hijo. Tras cumplir una pena de 10 años, Morales dijo estar lista para enseñar a "mi hijo los valores y el respeto que aprendí con el nuevo modelo penitenciario".
Así como la conducta de estas mujeres, muchos espacios y rutinas del penal cambiaron para el buen vivir. En la cocina, por ejemplo, Delza Salazar cuenta que ahora "la comida sabe mucho mejor".
Foto ©AVN
En el Inof las privadas de libertad reciben sus tres comidas diarias, basadas en sugerencias y recomendaciones del Instituto Nacional de Nutrición (INN), que establece una dieta de 2.500 calorías al día.
Allí mismo, cerca del comedor, antes de la hora de almuerzo, Marly Márquez cuenta que pese aunque nunca antes había estado en un penal y que apenas tiene algunos meses en el recinto, ha notado cambios palpables.
"El cambio ha sido notorio. Antes se escuchaban gritos, malas palabras y se veían mujeres perdidas en la droga. Ahora están más limpias, no hablan tan feo, hablan más se comunican más. Es distinto lo que se ve ahora".
Foto ©AVN
Más paz y menos violencia
Uno de los avances del nuevo modelo penitenciario en el Inof ha sido la disminución a cero de acciones de violencia que se registraban en el pasado entre privadas de libertad. "Hace más de un mes que no tenemos conatos de motín entre las privadas de libertad que están aquí", informó la directora regional del Ministerio de Servicios Penitenciarios, Licett Blanco.
Blanco explicó que las múltiples actividades académicas, culturales, deportivas y recreativas que contempla diariamente el nuevo modelo penitenciario ha incidido en la reducción de la violencia. "El Inof se ha convertido en un ejemplo de orden y disciplina", subraya.
Resalta que la clave para lograr encaminar a las privadas de libertad hacia la transformación verdadera es "multiplicar los programas y proyectos de la Revolución Bolivariana", como las misiones sociales mediante las cuales se fomenta una cultura de trabajo y permanente educación.
"Tratamos a las personas con respeto, con dignidad porque a pesar que cometieron un error (...) estamos aquí para rehabilitarlas, para impulsarlas al cambio y para mejorar sus condiciones de vida. Aquí, pese a saber que estás en un prisión, se respira paz y hay, sobretodo, respeto, así que sí es posible transformar a hombres y mujeres en un ser nuevo", acotó.
Foto ©AVN
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Fuente: AVN
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AVN |.- "Cuando yo entré a este lugar no era nadie" rememora Yelennia Pérez, una de las 728 privadas de libertad del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), ubicado en Los Teques, estado Miranda, al centro norte del país.
Sosteniendo en su mano derecha una flauta transversa, con la que participa en la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, Pérez dice que su propósito está claro: "la misión es volver a la vida digna".
Desde julio se implementa en este centro de reclusión el nuevo modelo penitenciario, así como en 80% de las cárceles para adultos y en 100% de los centros de atención para adolescentes en todo el país.
El nuevo modelo, impulsado por el Gobierno Nacional, busca transformar la vida de los privados de libertad. Se trata de generar nuevas condiciones de vida, a través de la disciplina, el respeto, el estudio, la consecución de metas personales y la participación de la población penal en actividades socioproductivas, así como en manifestaciones culturales y deportivas.
Es así, como en este nuevo modelo penitenciario, en el Inof las privadas de libertad se levantan a las 5:30 de la mañana, se asean, se visten con su uniforme color rosa, desayunan y cumplen todas las mañanas con un orden cerrado (ordenamiento de los grupos de reclusos en formación).
Foto ©AVN
Tras cumplir esta rutina, las reclusas tienen una agenda llena de actividades por cumplir. Cuatro horas de trabajo la dedican a las labores que cumplen en los espacios dentro del penal dedicados a la textilería, panadería, peluquería y fabricación de jabones artesanales. Otras cuatro horas se van en actividades de recreación que abarca su participación en música y artesanía.
"A nosotros nos interesa generar las condiciones para poder intervenir y transformar la vida de ese ciudadano que está ahí en la prisión, que es lo que en definitiva le va a aportar un beneficio al pueblo venezolano", expresó la Ministra del Poder Popular para asuntos Penitenciarios, Iris Varela, en entrevista con la agencia AVN.
Foto ©AVN
Producir para transformar
Entre uno de los tantos espacios del Inof se aprecian diversas telas, máquinas de coser y varias mujeres que confeccionan franelas de distintos colores que serán usadas para uso interno del penal.
"Esto es un taller de armonía y producción. Me siento contenta porque a mis 70 años, estoy aquí haciendo monos, camisas para mis compañeras y sus familiares", dice Elvira Montezuma.
Mientras tanto, en la panadería, el sabroso olor a torta de pan revela las habilidades de unas 20 mujeres que además de pan, hornean postre para deleitar a las compañeras y dotar a locales aledaños.
Foto ©AVN
De entre los hornos, nos recibe Juana Bautista quien explica que el nuevo modelo penitenciario impulsa una visión de vida, basada en la esperanza, en cada una de las chicas que están allí.
"La mayoría somos ahora personas de buena conducta. No tenemos la misma mentalidad de antes. Yo, por ejemplo, creía que no se podía vivir si no se traficaba porque no había otra manera de ganar dinero, pero ahora que trabajo y he tenido una oportunidad, sí creo que hay otra vida. Yo trabajo aquí en la panadería y sé que ahora cuando salga, tendré un trabajo digno. Ahora tengo otras perspectivas de vida", comentó la señora Juana.
En el Inof se ofrece servicio de guardería a los hijos nacidos en prisión, quienes pueden permanecer en el lugar hasta los tres años de edad. Luego son trasferidos a algún familiar de la privada de libertad. "Mi hijo tendrá mejor educación, ahora que ve, de nosotras sus madres y nuestras compañeras buen trato, armonía, limpieza y compañerismo", dice Raizi Montezuma, mientras acaricia al bebé de tres meses de una de sus compañera de cuarto.
En el mismo lugar, Carmen Morales, a quien solo le falta meses para salir en libertad, manifiesta estar lista para luchar por el futuro de su hijo. Tras cumplir una pena de 10 años, Morales dijo estar lista para enseñar a "mi hijo los valores y el respeto que aprendí con el nuevo modelo penitenciario".
Así como la conducta de estas mujeres, muchos espacios y rutinas del penal cambiaron para el buen vivir. En la cocina, por ejemplo, Delza Salazar cuenta que ahora "la comida sabe mucho mejor".
Foto ©AVN
En el Inof las privadas de libertad reciben sus tres comidas diarias, basadas en sugerencias y recomendaciones del Instituto Nacional de Nutrición (INN), que establece una dieta de 2.500 calorías al día.
Allí mismo, cerca del comedor, antes de la hora de almuerzo, Marly Márquez cuenta que pese aunque nunca antes había estado en un penal y que apenas tiene algunos meses en el recinto, ha notado cambios palpables.
"El cambio ha sido notorio. Antes se escuchaban gritos, malas palabras y se veían mujeres perdidas en la droga. Ahora están más limpias, no hablan tan feo, hablan más se comunican más. Es distinto lo que se ve ahora".
Foto ©AVN
Más paz y menos violencia
Uno de los avances del nuevo modelo penitenciario en el Inof ha sido la disminución a cero de acciones de violencia que se registraban en el pasado entre privadas de libertad. "Hace más de un mes que no tenemos conatos de motín entre las privadas de libertad que están aquí", informó la directora regional del Ministerio de Servicios Penitenciarios, Licett Blanco.
Blanco explicó que las múltiples actividades académicas, culturales, deportivas y recreativas que contempla diariamente el nuevo modelo penitenciario ha incidido en la reducción de la violencia. "El Inof se ha convertido en un ejemplo de orden y disciplina", subraya.
Resalta que la clave para lograr encaminar a las privadas de libertad hacia la transformación verdadera es "multiplicar los programas y proyectos de la Revolución Bolivariana", como las misiones sociales mediante las cuales se fomenta una cultura de trabajo y permanente educación.
"Tratamos a las personas con respeto, con dignidad porque a pesar que cometieron un error (...) estamos aquí para rehabilitarlas, para impulsarlas al cambio y para mejorar sus condiciones de vida. Aquí, pese a saber que estás en un prisión, se respira paz y hay, sobretodo, respeto, así que sí es posible transformar a hombres y mujeres en un ser nuevo", acotó.
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| AVN.info.ve
Fuente: AVN
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