Aumenta la tensión entre Israel y Palestina tras asesinatos de joven palestino
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Aumenta la tensión entre Israel y Palestina tras asesinatos de joven palestino
Aumenta la tensión entre Israel y Palestina tras asesinatos de joven palestino
Foto ©rtve.esLos choques entre la Policía israelí y los manifestantes palestinos se extendieron este sábado de Jerusalén a localidades árabes del norte de Israel, tras el funeral del joven árabe.
ElPaís.com.co |.- Israelíes y palestinos se hallan ante uno de los momentos más delicados y convulsos de los últimos años. La Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental están más cerca que nunca de una explosión de violencia con proyectiles, represalias y disturbios, mientras una sed de venganza recorre las redes sociales de ambos pueblos.
En la Franja de Gaza, Egipto intentaba arrancar este fin de semana el compromiso de las facciones armadas palestinas para que cese el lanzamiento de cohetes contra las poblaciones del sur de Israel. Con una media de 20 proyectiles diarios, la paciencia de los israelíes se agota. Por eso el Ejército ha desplegado numerosas tropas y tanques en las zonas fronterizas en lo que es un doble mensaje hacia el grupo islamista Hamas que controla la Franja. De disuasión y, si no funciona, de preparación para una eventual operación.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha afirmado al mediador (la Inteligencia egipcia) que no están interesados en una gran ofensiva pero la pelota está en el tejado del grupo islamista Hamas. “Calma será respondida con calma y fuego con fuego. Todo depende de lo que hagan los terroristas que controla Gaza”, afirman fuentes militares.
La presencia de pequeños grupúsculos yihadistas que desafían el régimen de Hamas en Gaza y siguen disparando proyectiles contra el sur de Israel asegura que no haya una tregua completa. Como mínimo, ola de ataques y represalias como la de esta semana que ha coincidido y no de forma casual con un rebrote de la violencia en Cisjordania y sobre todo Jerusalén Este.
Tras la ruptura del proceso de paz hace tres meses, la formación del Gobierno de unidad palestino anunciado el 2 de junio y pactado entre el nacionalista Al Fatah y el islamista Hamas y las acusaciones cada vez más graves entre Netanyahu y el rais palestino Abu Mazen fueron la antesala a la tormenta. Esta fue desatada por un acontecimiento que ha variado y variará las relaciones israelopalestinas.
Ocurrió a las 10:20 p.m. del jueves 12 de junio. Mientras el mundo se preparaba para ver el inicio del Mundial de Fútbol de Brasil, tres adolescentes israelíes hacían autostop cerca de un asentamiento de Gush Etsion para regresar a sus casas en el centro de Israel. Naftali Frenkel (16), Gilad Shaer (16) y Eyal Yifraj (19) se subieron al carro de palestinos que, según Israel, pertenecen al brazo armado de Hamas en la zona de Hebrón. 18 días después, sus cadáveres fueron hallados bajo las rocas en un descampado cerca de Hebrón.
El caso, uno de los que más ha impactado en la sociedad israelí desde el fin de la Segunda Intifada, desencadenó una masiva redada en Cisjordania. Centenares de redadas y más de 2000 registros de casas y edificios para golpear la infraestructura civil, militar y política de Hamas en Cisjordania. Al menos seis palestinos han muerto en disturbios que estallaron en las redadas nocturnas y tenían como objetivo buscar una pista del paradero de los tres jóvenes israelíes, los raptores y debilitar a Hamas.
La operación se centra ahora casi exclusivamente en detener a Marwan Qawasme y Amar Abu Aisha, dos conocidos miembros del brazo armado de Hamas en Hebrón. Según el servicio secreto interno (Shin Bet), fueron los autores del secuestro y asesinato. Desde el 12 de junio están desaparecidos. Como medida de castigo, Israel pretende destruir sus casas en las próximas semanas.
Las llamas de la tensión en Gaza y en el sur de Cisjordania llegaron esta semana al corazón de Jerusalén Oriental. El hallazgo del cadáver calcinado del palestino Mohamed Abu Jdeir (16) encendió la mecha de la ira en el barrio árabe de Shuafat. Aunque la Policía insiste que aún no sabe quien le mató y que sigue investigando varias hipótesis, en la calle palestina no hay dudas. Según la familia, vecinos y todas las facciones palestinas fue obra de varios colonos radicales en represalia por el asesinato de los tres adolescentes judíos.
“Mi hijo fue secuestrado y asesinado por extremistas que querían vengarse del asesinato de los tres en Hebrón. ¡No hay duda!”, aclara el padre de la victima, Hussein tras el emotivo, multitudinario y tenso funeral.
“¡Con sangre y fuego redimiremos al mártir!” o “¡Millones de mártires caminamos hacia Al Aksa!”, gritaron miles de palestinos en Shuafat, Isawia, Wadi Joz y otros barrios de Jerusalén Este en los múltiples choques con los policías israelíes desplegados en masa a la ciudad santa.
Los disturbios alimentados por la ira ante el secuestro y asesinato de Abu Jedeir elevan la amenaza de una nueva Intifada. Es precisamente lo que exigen y alientan los líderes islamistas desde Gaza. “Nos vengaremos”, dijo el portavoz del brazo armado de Hamas. No precisó cómo. “Israel pagará caro la muerte de Mohamed”, promete un joven vecino de la víctima cerca de la mezquita de Shuafat.
Abu Mazen y Netanyahu que se enfrentaron en torno al asesinato de los tres adolescentes israelíes han vuelto a cruzarse mensajes respecto a Jeider. Abu Mazen le exigió una condena inmediata y el castigo a los responsables. Netanyahu responde que ha ordenado acelerar la investigación para aclarar “lo antes posible” quién está detrás del ataque.
“Sean cuales sean sus motivaciones, este estremecedor asesinato debe ser condenado enérgicamente. Detendremos y llevaremos a los tribunales a los responsables de este crimen”, afirma Netanyahu apuntando por si acaso han sido extremistas que “Israel es un Estado de Derecho donde nadie puede tomarse la ley por sus manos”.
Estos dos casos reflejaron una vez más las pésimas relaciones entre ambos. Según el dimitido enviado especial de Estados Unidos para el proceso de paz, Martin Indyk, una de las principales razones del fracaso de las negociaciones es la enorme hostilidad entre Netanyahu y Abu Mazen.
Pero si Jerusalén Este vive su semana más violenta en los últimos años, el deterioro entre Gaza y el sur de Israel provocaría efectos más demoledores. Como llevar Israel a lanzar incursiones terrestres en la Franja y Hamas disparar misiles contra Jerusalén y Tel Aviv, en el centro de Israel.
Cerca de la frontera, un destacado oficial israelí asegura que “en las ultimas semanas de incesante lanzamiento de cohetes y proyectiles contra Israel, Hamas está jugando con fuego. No le conviene porque nuestra respuesta será rotunda”.
Una de las claves es Egipto, un país que hace exactamente un año vivió el golpe de Estado contra el presidente islamista Mohamed Mursi. Un hecho que sacudió Egipto pero también a Israel y Hamas. Con la caída de Los Hermanos Musulmanes, Hamas perdió un gran aliado y protector. No sólo eso, el Egipto post Mursi lleva una lucha sin cuartel contra los túneles de contrabando entre la Franja y el Sinaí acusando y persiguiendo a Hamas de ser cómplice de Los Hermanos Musulmanes.
Para el habitante de Gaza, significa un aumento de los precios de los productos que llegan de Israel a diario y un duro golpe a una paupérrima economía que muestra un desempleo en torno al 45 %. Para Hamas, supone un aislamiento político y grandes pérdidas económicas al no tener ingresos de los impuestos de los túneles de contrabando. De hecho, su debilidad fue una de las razones para que aceptara las condiciones de reconciliación impuestas por Abu Mazen. Si ahora Hamas acepta renovar la tregua pedirá a Egipto una mayor apertura del paso fronterizo de Rafah.
Para Israel, la salida de los islamistas del régimen egipcio tiene dos caras. Por un lado, cuenta con el apoyo o complicidad de Egipto para golpear y presionar a Hamas. Por otro, Mursi tenia mayor poder de influencia en Hamas y el resto de facciones palestinas para mantener la tregua.
Jerusalén Este y Gaza son dos realidades y conflictos diferentes pero que conectados. Alejados pero se miran de reojo.
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Fuente: ElPaís.com.co
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Foto ©rtve.es
ElPaís.com.co |.- Israelíes y palestinos se hallan ante uno de los momentos más delicados y convulsos de los últimos años. La Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental están más cerca que nunca de una explosión de violencia con proyectiles, represalias y disturbios, mientras una sed de venganza recorre las redes sociales de ambos pueblos.
En la Franja de Gaza, Egipto intentaba arrancar este fin de semana el compromiso de las facciones armadas palestinas para que cese el lanzamiento de cohetes contra las poblaciones del sur de Israel. Con una media de 20 proyectiles diarios, la paciencia de los israelíes se agota. Por eso el Ejército ha desplegado numerosas tropas y tanques en las zonas fronterizas en lo que es un doble mensaje hacia el grupo islamista Hamas que controla la Franja. De disuasión y, si no funciona, de preparación para una eventual operación.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha afirmado al mediador (la Inteligencia egipcia) que no están interesados en una gran ofensiva pero la pelota está en el tejado del grupo islamista Hamas. “Calma será respondida con calma y fuego con fuego. Todo depende de lo que hagan los terroristas que controla Gaza”, afirman fuentes militares.
La presencia de pequeños grupúsculos yihadistas que desafían el régimen de Hamas en Gaza y siguen disparando proyectiles contra el sur de Israel asegura que no haya una tregua completa. Como mínimo, ola de ataques y represalias como la de esta semana que ha coincidido y no de forma casual con un rebrote de la violencia en Cisjordania y sobre todo Jerusalén Este.
Tras la ruptura del proceso de paz hace tres meses, la formación del Gobierno de unidad palestino anunciado el 2 de junio y pactado entre el nacionalista Al Fatah y el islamista Hamas y las acusaciones cada vez más graves entre Netanyahu y el rais palestino Abu Mazen fueron la antesala a la tormenta. Esta fue desatada por un acontecimiento que ha variado y variará las relaciones israelopalestinas.
Ocurrió a las 10:20 p.m. del jueves 12 de junio. Mientras el mundo se preparaba para ver el inicio del Mundial de Fútbol de Brasil, tres adolescentes israelíes hacían autostop cerca de un asentamiento de Gush Etsion para regresar a sus casas en el centro de Israel. Naftali Frenkel (16), Gilad Shaer (16) y Eyal Yifraj (19) se subieron al carro de palestinos que, según Israel, pertenecen al brazo armado de Hamas en la zona de Hebrón. 18 días después, sus cadáveres fueron hallados bajo las rocas en un descampado cerca de Hebrón.
El caso, uno de los que más ha impactado en la sociedad israelí desde el fin de la Segunda Intifada, desencadenó una masiva redada en Cisjordania. Centenares de redadas y más de 2000 registros de casas y edificios para golpear la infraestructura civil, militar y política de Hamas en Cisjordania. Al menos seis palestinos han muerto en disturbios que estallaron en las redadas nocturnas y tenían como objetivo buscar una pista del paradero de los tres jóvenes israelíes, los raptores y debilitar a Hamas.
La operación se centra ahora casi exclusivamente en detener a Marwan Qawasme y Amar Abu Aisha, dos conocidos miembros del brazo armado de Hamas en Hebrón. Según el servicio secreto interno (Shin Bet), fueron los autores del secuestro y asesinato. Desde el 12 de junio están desaparecidos. Como medida de castigo, Israel pretende destruir sus casas en las próximas semanas.
Las llamas de la tensión en Gaza y en el sur de Cisjordania llegaron esta semana al corazón de Jerusalén Oriental. El hallazgo del cadáver calcinado del palestino Mohamed Abu Jdeir (16) encendió la mecha de la ira en el barrio árabe de Shuafat. Aunque la Policía insiste que aún no sabe quien le mató y que sigue investigando varias hipótesis, en la calle palestina no hay dudas. Según la familia, vecinos y todas las facciones palestinas fue obra de varios colonos radicales en represalia por el asesinato de los tres adolescentes judíos.
“Mi hijo fue secuestrado y asesinado por extremistas que querían vengarse del asesinato de los tres en Hebrón. ¡No hay duda!”, aclara el padre de la victima, Hussein tras el emotivo, multitudinario y tenso funeral.
“¡Con sangre y fuego redimiremos al mártir!” o “¡Millones de mártires caminamos hacia Al Aksa!”, gritaron miles de palestinos en Shuafat, Isawia, Wadi Joz y otros barrios de Jerusalén Este en los múltiples choques con los policías israelíes desplegados en masa a la ciudad santa.
Los disturbios alimentados por la ira ante el secuestro y asesinato de Abu Jedeir elevan la amenaza de una nueva Intifada. Es precisamente lo que exigen y alientan los líderes islamistas desde Gaza. “Nos vengaremos”, dijo el portavoz del brazo armado de Hamas. No precisó cómo. “Israel pagará caro la muerte de Mohamed”, promete un joven vecino de la víctima cerca de la mezquita de Shuafat.
Abu Mazen y Netanyahu que se enfrentaron en torno al asesinato de los tres adolescentes israelíes han vuelto a cruzarse mensajes respecto a Jeider. Abu Mazen le exigió una condena inmediata y el castigo a los responsables. Netanyahu responde que ha ordenado acelerar la investigación para aclarar “lo antes posible” quién está detrás del ataque.
“Sean cuales sean sus motivaciones, este estremecedor asesinato debe ser condenado enérgicamente. Detendremos y llevaremos a los tribunales a los responsables de este crimen”, afirma Netanyahu apuntando por si acaso han sido extremistas que “Israel es un Estado de Derecho donde nadie puede tomarse la ley por sus manos”.
Estos dos casos reflejaron una vez más las pésimas relaciones entre ambos. Según el dimitido enviado especial de Estados Unidos para el proceso de paz, Martin Indyk, una de las principales razones del fracaso de las negociaciones es la enorme hostilidad entre Netanyahu y Abu Mazen.
Pero si Jerusalén Este vive su semana más violenta en los últimos años, el deterioro entre Gaza y el sur de Israel provocaría efectos más demoledores. Como llevar Israel a lanzar incursiones terrestres en la Franja y Hamas disparar misiles contra Jerusalén y Tel Aviv, en el centro de Israel.
Cerca de la frontera, un destacado oficial israelí asegura que “en las ultimas semanas de incesante lanzamiento de cohetes y proyectiles contra Israel, Hamas está jugando con fuego. No le conviene porque nuestra respuesta será rotunda”.
Una de las claves es Egipto, un país que hace exactamente un año vivió el golpe de Estado contra el presidente islamista Mohamed Mursi. Un hecho que sacudió Egipto pero también a Israel y Hamas. Con la caída de Los Hermanos Musulmanes, Hamas perdió un gran aliado y protector. No sólo eso, el Egipto post Mursi lleva una lucha sin cuartel contra los túneles de contrabando entre la Franja y el Sinaí acusando y persiguiendo a Hamas de ser cómplice de Los Hermanos Musulmanes.
Para el habitante de Gaza, significa un aumento de los precios de los productos que llegan de Israel a diario y un duro golpe a una paupérrima economía que muestra un desempleo en torno al 45 %. Para Hamas, supone un aislamiento político y grandes pérdidas económicas al no tener ingresos de los impuestos de los túneles de contrabando. De hecho, su debilidad fue una de las razones para que aceptara las condiciones de reconciliación impuestas por Abu Mazen. Si ahora Hamas acepta renovar la tregua pedirá a Egipto una mayor apertura del paso fronterizo de Rafah.
Para Israel, la salida de los islamistas del régimen egipcio tiene dos caras. Por un lado, cuenta con el apoyo o complicidad de Egipto para golpear y presionar a Hamas. Por otro, Mursi tenia mayor poder de influencia en Hamas y el resto de facciones palestinas para mantener la tregua.
Jerusalén Este y Gaza son dos realidades y conflictos diferentes pero que conectados. Alejados pero se miran de reojo.
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Fuente: ElPaís.com.co
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