Supuestas sanciones de EEUU contra Venezuela no abarcarían el plano económico ni petrolero
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Supuestas sanciones de EEUU contra Venezuela no abarcarían el plano económico ni petrolero
Supuestas sanciones de EEUU contra Venezuela no abarcarían el plano económico ni petrolero
Foto ©panorama.com.vePanorama |.- Las sanciones que Estados Unidos busca aplicarle a Venezuela con la aprobación de la Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil no abarcarían el plano económico.
Así lo dejó claro el legislador demócrata Joaquín Castro, uno de los impulsores del marco legal, quien señaló que “el paquete de medidas aprobado, recientemente en la Cámara Baja, no toca el sector petrolero o cualquier otra parte de la economía venezolana”.
“Las medidas brindan al presidente Barack Obama una gran flexibilidad para responder a eventos sobre el terreno en Venezuela y la posibilidad de suspender las sanciones en cualquier momento”, aclaró.
En juego estaría para la Casa Blanca el suministro seguro de 750 mil barriles diarios de crudo y para Miraflores un cliente consecuente, aunque las relaciones diplomáticas sigan bajo la lupa, puede darse unas relaciones de reciprocidad entre ambos gobiernos.
Miguel Tinker Salas, profesor de la Universidad de Pomona de EE UU, duda que “las sanciones sean ampliadas al área económica, creo que esto más bien es un acto simbólico, ya que el presidente Barack Obama ha permitido que su política hacia América Latina sea determinada o más bien impuesta por un comité de la Cámara Baja del Congreso que actualmente es controlado por conservadores”.
El experto lamenta que “la administración Obama se haya dedicado a reciclar lo que anteriormente había sido la política de George W. Bush”.
Recordó que “las sanciones han sido criticadas por todos los países de la región y su implementación solo resaltaría aún mas el aislamiento de los EE UU en América Latina”.
El internacionalista y exembajador venezolano Julio Cesar Pineda opinó que “la actitud del Gobierno estadounidense debe cambiar a la negociación con el Gobierno venezolano”.
Sostiene que Caracas también “debe tener un cambio de estilo y de tono, debe llegar a un diálogo y a restablecer las relaciones diplomáticas”. Espera que esta dinámica no siga, ya que se podría hasta cuestionar la parte del comercio del petróleo “lo que no conviene ni a EE UU, ni a Venezuela”.
Y es que las medidas que buscan aplicarse han sido rechazadas por algunos funcionarios del Gobierno estadounidense como la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson y otros países como Rusia.
Jacobson señaló que “las sanciones pueden ser contraproducentes” por el pronunciamiento emitido por la Unasur, el fin de semana pasado, en el que rechazó un proyecto de ley que busca ordenar al presidente Obama elaborar una lista de funcionarios del venezolanos que se consideren que hayan violado los derechos humanos, tras la ola de protestas que ya suman tres meses y medio, congelar sus activos y prohibirles el ingreso al territorio norteamericano.
Mientras tanto, desde Moscú, el canciller ruso Serguei Lavrov reaccionó en representación del presidente Vladimir Putin, y expresó que “todos los problemas de un país deben resolverse de forma constitucional, sin ninguna injerencia externa, ni siquiera bajo forma de sanciones o amenazas de sanciones.
La reacción de Jacobson dejó al descubierto la presión a la que está sometido Obama y que crecerá al momento de recibir la decisión del Senado, aunque 14 senadores demócratas ya han manifestado su negativa, pues consideran que lo que ocurre en Venezuela son problemas estrictamente internos.
El jefe de la Casa Blanca al recibir el dictamen tendrá 10 días para promulgarla, objetarla con observaciones o mantener un silencio aprobatorio.
El sociólogo Darío Morandy, en un artículo de opinión publicado en Aporrea, señala que el poder del Congreso de EE UU puede colocar a Obama contra la pared aun considerando las desventajas que tiene el Gobierno para tomar decisiones de esta naturaleza.
Para Morandy el interés del Congreso norteamericano “confirma a Venezuela como objetivo estratégico de intereses transnacionales”.
Ya el presidente Nicolás Maduro dio el primer paso para acercar a Caracas con Washington al ratificar a Maximilien Sánchez Arveláiz como el nuevo encargado de negocios una vez que su par abra la puerta para restablecer las relaciones diplomáticas que llevan cuatro años bajo tensión por las presiones del Congreso.
“Quiero las mejores relaciones con el Gobierno de Estados Unidos, de respeto, de comunicación permanente a la realidad de los países”, dijo el pasado viernes.
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Fuente: Panorama
Foto ©panorama.com.ve
Así lo dejó claro el legislador demócrata Joaquín Castro, uno de los impulsores del marco legal, quien señaló que “el paquete de medidas aprobado, recientemente en la Cámara Baja, no toca el sector petrolero o cualquier otra parte de la economía venezolana”.
“Las medidas brindan al presidente Barack Obama una gran flexibilidad para responder a eventos sobre el terreno en Venezuela y la posibilidad de suspender las sanciones en cualquier momento”, aclaró.
En juego estaría para la Casa Blanca el suministro seguro de 750 mil barriles diarios de crudo y para Miraflores un cliente consecuente, aunque las relaciones diplomáticas sigan bajo la lupa, puede darse unas relaciones de reciprocidad entre ambos gobiernos.
Miguel Tinker Salas, profesor de la Universidad de Pomona de EE UU, duda que “las sanciones sean ampliadas al área económica, creo que esto más bien es un acto simbólico, ya que el presidente Barack Obama ha permitido que su política hacia América Latina sea determinada o más bien impuesta por un comité de la Cámara Baja del Congreso que actualmente es controlado por conservadores”.
El experto lamenta que “la administración Obama se haya dedicado a reciclar lo que anteriormente había sido la política de George W. Bush”.
Recordó que “las sanciones han sido criticadas por todos los países de la región y su implementación solo resaltaría aún mas el aislamiento de los EE UU en América Latina”.
El internacionalista y exembajador venezolano Julio Cesar Pineda opinó que “la actitud del Gobierno estadounidense debe cambiar a la negociación con el Gobierno venezolano”.
Sostiene que Caracas también “debe tener un cambio de estilo y de tono, debe llegar a un diálogo y a restablecer las relaciones diplomáticas”. Espera que esta dinámica no siga, ya que se podría hasta cuestionar la parte del comercio del petróleo “lo que no conviene ni a EE UU, ni a Venezuela”.
Y es que las medidas que buscan aplicarse han sido rechazadas por algunos funcionarios del Gobierno estadounidense como la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson y otros países como Rusia.
Jacobson señaló que “las sanciones pueden ser contraproducentes” por el pronunciamiento emitido por la Unasur, el fin de semana pasado, en el que rechazó un proyecto de ley que busca ordenar al presidente Obama elaborar una lista de funcionarios del venezolanos que se consideren que hayan violado los derechos humanos, tras la ola de protestas que ya suman tres meses y medio, congelar sus activos y prohibirles el ingreso al territorio norteamericano.
Mientras tanto, desde Moscú, el canciller ruso Serguei Lavrov reaccionó en representación del presidente Vladimir Putin, y expresó que “todos los problemas de un país deben resolverse de forma constitucional, sin ninguna injerencia externa, ni siquiera bajo forma de sanciones o amenazas de sanciones.
La reacción de Jacobson dejó al descubierto la presión a la que está sometido Obama y que crecerá al momento de recibir la decisión del Senado, aunque 14 senadores demócratas ya han manifestado su negativa, pues consideran que lo que ocurre en Venezuela son problemas estrictamente internos.
El jefe de la Casa Blanca al recibir el dictamen tendrá 10 días para promulgarla, objetarla con observaciones o mantener un silencio aprobatorio.
El sociólogo Darío Morandy, en un artículo de opinión publicado en Aporrea, señala que el poder del Congreso de EE UU puede colocar a Obama contra la pared aun considerando las desventajas que tiene el Gobierno para tomar decisiones de esta naturaleza.
Para Morandy el interés del Congreso norteamericano “confirma a Venezuela como objetivo estratégico de intereses transnacionales”.
Ya el presidente Nicolás Maduro dio el primer paso para acercar a Caracas con Washington al ratificar a Maximilien Sánchez Arveláiz como el nuevo encargado de negocios una vez que su par abra la puerta para restablecer las relaciones diplomáticas que llevan cuatro años bajo tensión por las presiones del Congreso.
“Quiero las mejores relaciones con el Gobierno de Estados Unidos, de respeto, de comunicación permanente a la realidad de los países”, dijo el pasado viernes.
| Panorama.com.ve
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Fuente: Panorama
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